Los conflictos se multiplican, aumentan los desplazamientos de personas y la crisis climática golpea con cada vez mayor frecuencia y ferocidad.
El Día Mundial de la Salud Mental de este año se centra en los servicios de salud mental en situaciones de emergencia. Nos recuerda el profundo impacto de las crisis en el bienestar de las personas y la necesidad desesperada de apoyo para mitigar el sufrimiento y aliviar la angustia.
Una de cada cinco personas afectadas por conflictos sufre algún trastorno mental. Sin embargo, muchos no pueden acceder a la atención que necesitan, especialmente en los países de ingreso bajo y mediano, donde los sistemas de la atención a la salud se encuentran desbordados y carecen de recursos suficientes. Los trabajadores de primera línea también sufren.
El apoyo a la salud mental no es opcional: es esencial. Debe integrarse en las respuestas de emergencia, estar respaldada por una inversión significativa y prestarse a través de trabajadores de primera línea formados y una atención a la salud con base empírica.
Hay que poner fin a la infrafinanciación crónica de la salud mental. En este Día, comprometámonos a apoyar la salud mental de todas las comunidades, incluso, y especialmente, cuando se produce una tragedia.
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