El Secretario General - Pronunciamiento en conmemoración del día internacional de la mujer: “soy de la generación igualdad: por los derechos de las mujeres”
Les deseo todo lo mejor para el Día Internacional de la Mujer el domingo.
Les deseo a todas y todos lo mejor en el Día Internacional de la Mujer este domingo.
La equidad de género es la injusticia más apremiante de nuestra época y el mayor reto de derechos humanos que enfrentamos.
Lo he dicho antes y lo diré de nuevo: la equidad de género es una cuestión de poder.
Los hombres hemos usado y abusado del poder para controlar a las mujeres y evitar que realicen su potencial por miles de años.
El patriarcado y la misoginia arraigados han creado una profunda brecha de poder de género en nuestros sistemas económicos y políticos, nuestras empresas, nuestras sociedades y nuestra cultura.
A las mujeres aún se les niega la voz frecuentemente; sus opiniones son ignoradas y su experiencia invalidada.
En meses recientes, ha habido varios ejemplos.
Acuerdos de paz de alto nivel han sido firmados sin mujeres en la mesa.
Sesiones de emergencia de salud por el nuevo coronavirus fueron convocadas con pocas o ninguna mujer.
Pero las mujeres necesitan paz y contribuyen a la paz tanto como los hombres, quizá más.
Las mujeres son tan vulnerables a enfermedades como los hombres y componen la mayoría de la fuerza laboral en salud.
No hay justificaciones para la exclusión continua de las mujeres.
Queridas amigas y amigos:
En años recientes, he visto un cambio.
Las mujeres están hartas.
Están protestando contra el feminicidio en las calles; están en huelga por salarios y condiciones de trabajo equitativos; están denunciando a hombres poderosos por violencia y abuso.
Las mujeres jóvenes están redefiniendo el poder.
Están creando nuevas e inclusivas formas de liderazgo que unen a personas a través de las fronteras y en torno a objetivos en común.
Les doy la bienvenida a algunas de estas jóvenes líderes que nos acompañan hoy.
Gracias por su activismo y su abogacía.
Por favor mantengan la presión. Por favor exijan al mundo que rinda cuentas.
Necesitamos su pasión y su convicción para afrontar un sinfín de retos globales, desde el cambio climático hasta los conflictos.
La Generación Igualdad no puede ser la Generación de Mejoras Graduales o la Generación de Cambio Progresivo.
La Generación Igualdad significa igualdad de derechos y oportunidades para todas las mujeres y niñas, ahora.
Por eso estoy empeñado en lograr la paridad de género en todos los niveles de las Naciones Unidas, y me enorgullece que lo hemos conseguido a nivel directivo dos años antes de lo proyectado.
Queridas amigas y amigos:
Sin el liderazgo y total participación de las mujeres nunca alcanzaremos la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible ni combatiremos el cambio climático.
Las mujeres, especialmente las mujeres jóvenes, son líderes en la acción climática.
Pero no sabía hasta hace poco que uno de los “padres fundadores” de la ciencia climática fue una mujer, una “madre fundadora”.
En 1856, Eunice Foote, una científica americana y activista por los derechos de las mujeres, creía que los cambios en el dióxido de carbono en la atmósfera podrían afectar la temperatura de la Tierra. Para probarlo, condujo un experimento con cilindros de cristal y termómetros.
Su investigación fue presentada en una reunión de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, por un hombre.
Tres años después, otro hombre publicó su propia investigación con gases que retienen el calor, que ahora es considerada como el nacimiento de la ciencia climática. Comenzó con una mujer, pero fue encubierto.
La equidad de género significa encontrar y honrar a las mujeres cuyos logros fueron borrados e ignorados en su propia época.
Mujeres como Eunice Foot.
Mujeres como Katherine Johnson y sus colegas, quienes trabajaron para la NASA en los aterrizajes lunares del Apolo, y cuya historia fue contada en el libro y la película Talentos Ocultos.
Mujeres como Tu Youyou, quien acudió a la medicina tradicional china para encontrar una cura para la malaria en la década de los setenta.
Sus descubrimientos salvaron millones de vidas alrededor del mundo y fueron finalmente reconocidas con un Premio Nobel en 2015.
Las historias de las mujeres importan. La representación importa.
Como dijo Simone de Beauvoir: “La representación del mundo, como el mundo mismo, es la obra de los hombres; ellos lo describen desde su propio punto de vista y lo confunden con la verdad absoluta”.
Queridas amigas y amigos:
Cuando era un niño, en muchos lugares las mujeres eran legalmente dependientes de sus maridos; ellas no podían abrir una cuenta bancaria o poseer propiedades bajo su propio nombre; y eran, además, completamente excluidas de todas las posiciones de poder.
El cambio que hemos visto en mi tiempo de vida muestra que el progreso es real y posible.
Pero también nos ha llevado a un retroceso.
Veinticinco años después de la Conferencia de Beijing, el progreso en los derechos de las mujeres se ha detenido e incluso revertido.
Algunos países han derogado leyes que protegen a las mujeres de la violencia, otros han reducido el espacio cívico; mientras que otros apoyan políticas económicas y migratorias que indirectamente discriminan a las mujeres.
La autonomía de las mujeres, incluido el acceso total a los derechos sexuales y reproductivos, se encuentra lejos de ser universal.
Los prejuicios contra la equidad de género están creciendo en algunos países.
El primer Índice de Normas Sociales de Género, publicado esta semana por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), encontró que casi 90% de las personas, incluidas las mujeres, entrevistadas en 75 países “mantiene algún tipo de sesgo contra las mujeres en áreas como la política, economía, educación, violencia de pareja y sus derechos reproductivos”.
Casi 30% de las personas en el mundo piensa, hoy en día, que es aceptable que un hombre golpee a su pareja.
Debemos combatir los retrocesos.
No podemos rendirnos; rechazamos perder el territorio que hemos ganado.
Es más importante que nunca que los hombres se levanten por los derechos de las mujeres y la equidad de género.
Por ello soy un feminista orgulloso. Y por ello estoy personalmente comprometido a incrementar el apoyo a los derechos de las mujeres en todos los ámbitos de las Naciones Unidas.
En los próximos dos años haré todo en mi poder para asegurar que las mujeres estén representadas en toda la toma de decisiones de las Naciones Unidas, incluidos los procesos de paz.
Solo a través de una participación equitativa de las mujeres nos podremos beneficiar de la inteligencia, experiencia y visión de toda la humanidad.