Desde Chamuscados, un mensaje de paz para Dabeiba

• En medio de la pandemia por la COVID-19, un grupo de personas en proceso de reincorporación de Farc y sus familias se unieron para donar parte de su cosecha de fríjol y plátano para los habitantes de escasos recursos en este municipio.




• En esta vereda avanzan con iniciativas productivas individuales. La Agencia para la Reincorporación y la Normalización –ARN– y la Misión de Verificación de la ONU en Colombia acompañan el proceso. 

Hay lugares en la geografía de Colombia, escondidos en selvas y montañas, que solo se han conocido por el conflicto armado y por la pobreza. O peor aún, nadie sabe de su existencia. Chamuscados es uno de ellos.  Se trata de una vereda de Dabeiba, occidente de Antioquia, que hoy quiere ser reconocida por su apuesta por la paz.



Chamuscados está localizada a más de 6 horas de la cabecera municipal, en una zona conocida como el cañón de Camparrusia. Hasta allí se llega en bus escalera por una trocha que se hace más difícil durante el invierno. Dos horas de ese camino se recorren en mula.



Esas condiciones no impidieron que recientemente un grupo de 15 excombatientes de Farc –quienes realizan allí su proceso de reincorporación con iniciativas productivas individuales- y sus familias recogieran sus cosechas y las donaran a la Alcaldía de Dabeiba para que se entregaran a las personas con más necesidades en medio de la pandemia por la COVID-19.



En total fueron 60 kilos de fríjol y 15 racimos de plátano que donaron durante una jornada en la que estuvieron acompañados por un facilitador de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización -ARN- quien ha realizado un proceso de asesoría en la vereda, de cara a que puedan establecerse a futuro canales de comercialización que les permitan unas mejores condiciones de vida.

Esperanza en el fríjol

Argemiro Duarte, de 47 años, después de estar 21 años en el conflicto quiere una vida distinta para sus siete hijos, dos de ellos en condición de discapacidad. Por eso, participó de esta jornada de donación. “Pero no se trata solo de eso. Queremos decirle al país que estamos comprometidos con el Acuerdo de Paz y aquí lo que importa es reconocernos como colombianos y ayudarnos unos a otros. El mensaje es que somos campesinos, agricultores y queremos que esto avance. Nosotros no estamos en las mejores condiciones, pero sabemos que en esta emergencia de la salud hay gente que la está pasando aún más duro”, expresó.

Junto con otros 31 excombatientes de las veredas Chamuscados, Montebello, Argelia, Tascón y Godó  y del antiguo ETCR de Llano Grande, se vinculó a la Cooperativa Multiactiva Futuros de Paz (Coomufupaz) y desde allí esperan gestionar apoyos para poder distribuir los productos.



“Hasta el momento ha sido muy difícil por lo lejos que estamos y lo malo de la carretera. Pero nosotros mismos la hemos estado arreglando porque queremos salvar esta tierra, sacarle provecho. Aquí están nuestras familias y queremos vivir de esto.  Es duro, no lo niego… la cosecha del fríjol, por ejemplo, se demora más por el frío. Eso no nos importa mientras podamos estar tranquilos y tenemos mucha esperanza en esto”, añadió.



Mientras logran venderlo, lo usan para consumo diario, al igual que los plátanos y el maíz. También están sembrando maíz, café y caña. Algunos cuentan ya con criaderos de gallinas y unas vacas y terneros.



Para los excombatientes es importante recibir apoyo técnico y avanzar en la formulación de proyectos productivos. En ese sentido, ARN espera apoyar esta tarea de la mano de PNUD y FAO, tan pronto lo permitan las medidas tomadas en medio de la pandemia. 

“Desde el año pasado se avanza en un proceso de educación; se hizo un curso con el Sena de inseminación artificial en bovinos y el fortalecimiento de la línea de producción de fríjol”expresó el facilitador de ARN, José Alejandro Gómez.



“Aún no hemos recibido recursos para los proyectos productivos, pero no nos quedamos quietos. Por ahora necesitamos es más desarrollo para esta comunidad y encontrar quién nos compre el fríjol. También estamos con la idea de apostarle a la ganadería”, agregó Argemiro Duarte. 

Verificación en marcha

El equipo local de Misión de Verificación de la ONU en Colombia, en el marco de su mandato, visitó Chamuscados antes de la declaratoria de cuarentena obligatoria por la COVID-19.



“Una vez dejado el carro, nos espera un camino de dos horas en mula, recorriendo un sendero bien marcado. Col pasar del tiempo aumenta la belleza del panorama que se abre a nuestros ojos. Los excombatientes que vinieron a recogernos nos indican la ubicación de los cultivos de cada uno de los miembros del colectivo. En estas pendientes, a distancia de una hora una de la otra, se encuentran las viviendas de los excombatientes que constituyen el grupo. Los desplazamientos se pueden hacer solo con la luz natural, las nubes cobijan los valles más abajo y solo al atardecer suben hasta la vereda. Al amanecer se logra ver el Paramillo”, relató Giovanni Ferma, oficial de terreno de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.



“Las viviendas se encuentran a distancias enormes una de la otra y en el filo de la montaña. Casi todo lo que se come es producido a pocos metros de la vivienda. La apuesta de soberanía alimentaria es fuerte y hay una buena sinergia con la comunidad. Cuando es invierno se reúnen para liberar la trocha de los derrumbes y en la temporada mejor, para la cosecha”, añadió Ferma.

Durante la visita también participaron funcionarios de ARN y PNUD con el objeto de avanzar en la formulación de distintos proyectos que garanticen el desarrollo del proceso de reincorporación en este territorio.

“Desde Chamuscados estamos mandando un mensaje de paz para Dabeiba y todo Colombia. En la medida que podamos, siempre vamos a estar aquí listos para ayudar en todas las emergencias. Queremos que nos apoyen”, puntualizó Argemiro Duarte.