Palabras de Jean Arnault, Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas y Jefe de la Misión de Verificación de la ONU a las organizaciones sociales reunidas en Cúcuta en el encuentro nacional para propiciar la paz

Cúcuta, marzo 1 de 2018



Buenos días,



Permítanme empezar con un agradecimiento a la mesa social por la paz, organizadores de este encuentro nacional por la paz, por ofrecerme la oportunidad de dirigirme a ustedes con unas palabras en nombre de las Naciones Unidas.



Además de agradecer estas organizaciones, quiero felicitarles por haber tomado la iniciativa de llamar a la sociedad civil a la reflexión y a la participación en la búsqueda de una paz más sólida y más completa en Colombia.



El país lo necesita. Necesita una sociedad civil activa y exigente para que las oportunidades abiertas por el proceso de paz con las FARC, con sus dificultades y sus imperfecciones, no se desaprovechen, para que se cumplen las promesas contenidas en el acuerdo del Teatro Colón, y se consolide el Proceso de Paz de Quito.



Reconocemos la iniciativa importante tomada hace unas pocas semanas por una amplia gama de organizaciones sociales que llamaron al gobierno y al ELN al desescalamiento de la violencia y a la construcción de una solución participativa al conflicto.



Esto coincide con la posición del Secretario General de las Naciones Unidas.



Asimismo, reconocemos la decisión de esas organizaciones de ofrecer sus buenos oficios de forma permanente en apoyo a la paz con la determinación de no dejarse despojar de la oportunidad de avanzar hacia una paz justa y duradera, a pesar de las vicisitudes de los procesos de dialogo formal. Es otra contribución a la creación de un entorno donde la búsqueda de la paz se vuelva irreversible.



Y esa voluntad de una Colombia exenta de violencia, más solidaria, más justa no es exclusiva de las organizaciones sociales. Nuestra Misión está desplegada desde hace dos años en muchas ciudades del país, grandes y pequeñas, y a lo largo y ancho de los territorios más afectados por el conflicto.



Y allí entre los sectores más diversos de la población, comunidades campesinas, empresarios locales, autoridades, liderazgos indígenas y afros, mujeres y jóvenes organizados, miembros de la fuerza pública, víctimas y a menudo también victimarios, hemos observado un deseo profundo y genuino de dialogo pacifico, una disposición al respeto mutuo, y a la reconciliación; una voluntad de encontrar soluciones solidarias frente a los grandes retos que viven las regiones.



En esa convergencia tan amplia vemos un mandato popular: un mandato para los dirigentes políticos y sociales, un mandato para las partes en conflicto, un mandato para la comunidad internacional y en particular para las naciones unidas: el de darle curso a esta visión, el de darle curso a esta esperanza.



Y frente a los desafíos actuales - las dificultades en la implementación del acuerdo con la FARC, los brotes de violencia en los territorios, las amenazas y asesinatos de líderes y miembros de juntas comunales, los retrocesos en el proceso de paz con el ELN - nos anima la convicción que esta gran convergencia en última instancia, es la garantía del éxito en la construcción de un nuevo capítulo en la historia de Colombia.



Permítanme aprovechar esta oportunidad para afirmar claramente nuestro compromiso como Naciones Unidas con este propósito y déjenme expresar nuestra confianza que el gran evento de hoy será un paso más en esa construcción.



Muchas gracias.



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