Comunidades del Guainía le ponen picante y sabor a la vida

Un proceso que tuvo sus inicios en 2017, hoy da frutos transformados en varias presentaciones del ají y frutos amazónicos, como ejemplo que ¡vale la pena soñar!



Así resumen sus logros los 30 líderes de Asociación de Profesionales y Emprendedores del Guainía (ASOPREGUA), quienes han construido una empresa a partir de los frutos del bosque amazónico. Asaí, arazá, copoazú y cocona son, entre otros, los regalos de la naturaleza.



En medio del monte caen de los árboles las bayas y frutos silvestres que tradicionalmente han hecho parte de la alimentación para comunidades indígenas que habitan en la Amazonía colombiana. Tan normal es para ellos encontrarlas a su paso, que pasaban por alto el potencial que tienen para su nutrición y medios de vida.



Así, en la búsqueda de nuevas alternativas para generar medios de vida estables y sostenibles, el convenio Cancillería-FAO “Emprendimientos Rurales en Departamentos de Frontera”, llegó con una propuesta de acompañamiento técnico para emprendimientos productivos sostenibles en Inírida, Guainía desde el 2017.



Iniciando con el mejoramiento en la producción y tras un proceso de innovación tecnológica y social, manejo sostenible, buenas prácticas, desarrollo de marca y producto, así como la estandarización de las fórmulas fueron algunos de los abordajes realizados con apoyo del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).



¿Y cómo dejar por fuera de lista de alimentos priorizados en la producción el ají, elemento infaltable en la dieta de las comunidades amazónicas? De ninguna manera podría hacerse, pero lo más importante era entonces dar a conocer este alimento de una manera diferente.



Fue así como se dio paso a una profundización en la capacitación y proceso de aprendizaje, para transformarlo, y dar a conocerlo a Colombia y al mundo como “Ajígua, el misterio de la selva”, ají en salsa y deshidratado.



Con ají en dos presentaciones, y frutos amazónicos en pulpa y jugos, ASOPREGUA se abre paso en mercados locales y departamentales, con la firme apuesta a pasar a escenarios nacional e internacional.



Estos productos, que cumplen con las normas de producción, higiene e inocuidad, cuentan ya con el registro Invima, lo que sin duda será un aval más que facilitará el proceso de comercialización.



Esta iniciativa favorece el esfuerzo de al menos 30 familias de forma directa, y promueve la asociatividad al integrar a al menos 15 productores que proveen la materia prima para hacer de este emprendimiento un claro ejemplo de que el empeño, la dedicación y el amor al campo valen la pena.