El aprovechamiento sostenible de los bosques ofrece a las comunidades que viven de la madera mejora las condiciones de vida al entrar en los mercados de madera legal.
Esta es la experiencia de la comunidad de San Antonio, ubicada en la cuenca del río Yurumanguí en el Valle del Cauca, al sur de Colombia, quienes tras participar en el proyecto de Forestería Comunitaria, encaminaron la venta de maderas especiales para la construcción de instrumentos musicales.
En alianza con el programa FAO-UE FLEGT, y con el apoyo del programa UN REDD, vendieron madera a la Red Faisán, una empresa dedicada a la construcción de guitarras, ubicada en el departamento de Santander.
Esta sinergia ha demostrado que el acompañamiento técnico, tanto a las comunidades como a las empresas, puede generar mayor desarrollo y mejora en la calidad de vida, a la vez que se preserva el medio ambiente.
Hoy, el bosque de Yurumanguí, traslada sus sonidos a los hogares de los colombianos y de algunos extranjeros que, como la Red Faisán, le apuestan al consumo responsable de madera legal, como elemento clave en la reducción de la deforestación.