Mujeres migrantes: superando fronteras para transformar vidas
Tener una vida digna representa un desafío para las más de 7 millones de personas venezolanas migrantes en todo el mundo, de las cuales el 50% son mujeres.
En este Día de las Personas Migrantes, desde ONU Mujeres estacamos el poder transformador de las organizaciones de mujeres migrantes y de comunidades de acogida en Colombia.
En 2022 casi el 70% de las personas refugiadas a nivel mundial y que necesitaban protección internacional provenían de 5 países: Siria, Ucrania, Afganistán, Sudán del Sur y Venezuela, este último con una diáspora que supera los 7 millones, llegando a tener más población que ciudades como Madrid (España), Miami (Estados Unidos) Johannesburgo (Sudáfrica) o Nairobi (Kenia).
En América Latina, la migración desde Venezuela hacia Colombia, su país vecino, ha sido significativa desde 2017: el país hoy por hoy alberga a casi 3 millones de migrantes provenientes de Venezuela, quienes llevan consigo no solo el peso del duelo migratorio y la búsqueda de oportunidades, sino que también implica afectaciones directas a las mujeres al enfrentarlas a la violencia sexual, trata de personas, carga adicional en las labores de cuidado y xenofobia.
Para afrontar estas adversidades, “Más allá de las banderas, somos mujeres”, iniciativa de ONU Mujeres y la Oficina de Población, Refugio y Migración de Estados Unidos (PRM por sus siglas en inglés) fortalece desde el 2022 el trabajo de las organizaciones de base de mujeres migrantes y de comunidades de acogida como una opción clave que convierte la migración en un motor de desarrollo para impulsar cambios en la sociedad.
Durante este tiempo, 24 organizaciones de base comunitaria en la Costa Caribe colombiana y en la frontera sur en el departamento de Nariño, participan en estrategias para la prevención de violencias basadas en género, fortalecimiento de redes de liderazgo y promoción de la autonomía económica.
Aunque están separadas por kilómetros de distancia, estas organizaciones tienen algo en común: el anhelo de que Colombia sea un territorio donde las mujeres migrantes tengan la plena garantía de ejercer sus derechos.
Estas son algunas de esas historias.
Liderando la transformación en las comunidades en Soledad: Mayerling y "Machis Entrelazadas"
“Emigrar para mí es como lo más difícil que me ha pasado porque no todo el mundo tiene la capacidad de adaptarse a otro lugar”, contó Mayerling Cordero, con 28 años, quien hace 5 años llegó a Colombia desde Venezuela, emigrando al ver que su salario no alcanzaba para cubrir las necesidades básicas de su familia.
“Me encontré con un mundo lleno de crueldad y fue muy difícil a mi llegada a Colombia. Ver la manera en que los hombres me recibieron por ser mujer y por ser venezolana y la forma en la que se dirigían a mí era muy hiriente”, continúa Maye, como le dicen de cariño las personas más cercanas a ella.
Mayerling se unió a los diálogos comunitarios de ONU Mujeres en el año 2020 y ahí aprendió a detectar y activar rutas de atención en casos de violencia basada en género, lo que le permitió organizar reuniones con las mujeres migrantes. Inicialmente en la sala de su casa, proporcionando un espacio seguro para que ellas se expresaran, liberaran tensiones y se empoderaran. Ahí socializó a las mujeres lo aprendido en los diálogos a través del intercambio de información vital sobre violencia de género, procesos para la regularización migratoria y diálogo con las instituciones públicas relacionadas al acceso a educación y salud.
Fue su determinación y liderazgo innato lo que la llevó a fundar en el año 2022 "Machis Entrelazadas", una organización que “busca promover la seguridad, fortalecer la salud mental y el autocuidado de las mujeres y niñas. Yo puedo decir hasta el momento que somos un grupo de mujeres que nos apoyamos entre sí ante diversos casos y situaciones, por ejemplo, este es un espacio que les permite a las mujeres encontrar un lugar seguro, recibir primeros auxilios psicológicos ante situaciones desafiantes. De esa confianza y ese apoyo mental cuando ellas más lo necesitan es de lo que hablamos”, puntualiza Mayerling.
“Es muy importante que se siga fortaleciendo el liderazgo y la participación de los colectivos de mujeres porque les permite tener una voz más clara para comunicar las problemáticas de mujeres migrantes ante las instituciones del Estado”, finaliza Mayerling.
Movilizando el cambio: Yeily y el movimiento de mujeres venezolanas en Cartagena
La imposibilidad de homologar un título profesional en Colombia y ser testigo de las diferentes violencias que sufren las mujeres migrantes, llevó a Yeily Hernández a crear el Movimiento de Mujeres Lideresas Venezolanas en Cartagena, el primero de su tipo en una de las ciudades más turísticas de Colombia.
“Ser migrante para mí representa una oportunidad, que una persona pueda migrar y pueda volver a surgir, dentro de otro país”, asegura Yeily Hernández, joven venezolana con 35 años, quien en Venezuela era enferma, pero en Colombia ejerce el trabajo social.
El movimiento surge con el propósito de proporcionar a las migrantes un espacio donde puedan descubrir vías de atención ante la violencia de género. Además, busca reforzar su participación y liderazgo en las Juntas de Acción Comunal, así como en instancias como las juntas de mujeres emprendedoras y aquellas conformadas por mujeres que se reconocen", señala Yeily.
“Desde el movimiento de mujeres hemos participado en espacios importantes como la rendición de cuentas en la mesa migratoria,y otro con la Oficina de Asuntos para la Mujer de Cartagena, lo que nos ha permitido levantar la mano para hacer veeduría sobre los recursos que se ejecutan para la garantía de los derechos de las mujeres”, agrega Yeili.
Su incansable trabajo y el del Movimiento de Mujeres Lideresas Venezolanas en Cartagena la ha convertido en referente de los derechos de las mujeres en contextos migratorios, llevándola a ser reconocida por el programa “Fuerza Latina” de la Deuscthe Welle –DW- como una de las mujeres que inspira el cambio en Colombia y en América Latina.
El empoderamiento económico en la frontera sur con Ecuador
“Migrar es para valientes, migrar es como empezar desde cero”, relata María Lourdes Ferrebus, migrante venezolana que vive en Ipiales, el municipio fronterizo entre Colombia y Ecuador. La falta de oportunidades para ejercer la quiropráctica y ver cómo las puertas se le cerraban por ser venezolana, la llevaron a vivir en más de tres ciudades a lo largo y ancho de Colombia.
A pesar de enfrentar obstáculos en la búsqueda de empleo, halló respaldo en la Fundación de Mujeres Empresarias Unidas, una de las organizaciones fortalecidas por ONU Mujeres y PRM, para superar sus dificultades. “Te asesoran, te impulsan, te motivan, te hablan de las prioridades al momento de tener tu negocio, aprendes lo que es lo de la economía, a ahorrar y cómo transformar ese dinero para un sustento”, asegura María Lourdes.
“Yo no pensaba antes tener mi propio consultorio, ni tener una recepción, ni irme a un Congreso Internacional; ahora lo hago. No hay límite si tú crees en ti”, apunta María, quien ha podido fortalecer su autonomía económica con la ayuda de la Fundación de Mujeres Empresarias Unidas.
“A nivel personal yo pienso que yo quiero ayudar más a las mujeres, hacer talleres de sanación, talleres donde ella se perdonen, no tengan límites al quererse ellas mismas”, comenta esta valiente migrante venezolana que busca ser un faro de luz para otras mujeres.
Machis entrelazadas, el Movimiento de Mujeres Lideresas Venezolanas en Cartagena y la Fundación de Mujeres Empresarias Unidas ilustran el impacto transformador de las organizaciones comunitarias en contextos migratorios. Estas organizaciones evidencian la eficacia del trabajo y las soluciones frente a la compleja crisis migratoria abordada por la iniciativa "Más Allá de las Banderas, somos mujeres", destinada a mejorar la calidad de vida y los derechos de las mujeres en el territorio.
“Para ONU Mujeres y la Oficina de Población, Refugio y Migración de Estados Unidos, es un orgullo continuar respaldando los liderazgos de las mujeres migrantes y colombianas que impulsan iniciativas innovadoras y son agentes de cambio en sus comunidades”, Bibiana Aido Almagro, representante de ONU Mujeres en Colombia.