Nuestro mundo enfrenta desafíos en todos los frentes.
Dado que las Naciones Unidas reflejan ese mundo en todos sus aspectos, sentimos estos desafíos en todo nuestro trabajo.
Vivimos tiempos de intensa incertidumbre e imprevisibilidad.
Y, sin embargo, algunas verdades nunca han sido más claras:
Las Naciones Unidas nunca han sido más necesarias.
Nuestros valores nunca han sido más relevantes.
Y las necesidades nunca han sido mayores.
Al mismo tiempo, sabemos que cuanto más hace la ONU de manera conjunta para abordar los grandes desafíos globales, menor es la carga para los países individuales al enfrentarlos solos.
Las Naciones Unidas se destacan como el foro único e indispensable para promover la paz, el desarrollo sostenible y los derechos humanos.
Pero los recursos están disminuyendo en todos los ámbitos, y esto ha sido así desde hace mucho tiempo.
Por ejemplo, durante al menos los últimos siete años, las Naciones Unidas han enfrentado una crisis de liquidez debido a que no todos los Estados Miembros pagan en su totalidad, y muchos tampoco pagan a tiempo.
Desde el primer día de mi mandato, emprendimos una ambiciosa agenda de reformas para fortalecer nuestra forma de trabajar y entregar resultados.
Para ser más eficaces y eficientes en costos.
Para simplificar procedimientos y descentralizar decisiones.
Para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas.
Para trasladar capacidades a áreas como datos y digitalización.
Y, de manera significativa, el Pacto para el Futuro y la iniciativa ONU 2.0 buscan precisamente actualizar a las Naciones Unidas para el siglo XXI.
Estos esfuerzos no son un fin en sí mismos.
Se trata de servir mejor a las personas cuyas vidas dependen de nosotros.
Se trata de los contribuyentes que, con su esfuerzo, financian todo lo que hacemos.
Y se trata de garantizar las condiciones adecuadas para todas las personas que trabajan bajo la bandera de la ONU en el cumplimiento de su labor crucial.
Por todas estas razones, es fundamental que una organización tan compleja y crucial como las Naciones Unidas se someta a una evaluación rigurosa y periódica para asegurar que está en condiciones de cumplir sus objetivos de manera eficiente.
Este 80º aniversario de las Naciones Unidas es un momento clave para redoblar nuestros esfuerzos, reconociendo la necesidad de aún mayor urgencia y ambición.
Por ello, informé ayer a los Estados Miembros de la ONU que estoy lanzando oficialmente lo que llamamos la Iniciativa ONU80.
He designado un Grupo de Trabajo interno dedicado, dirigido por el Secretario General Adjunto Guy Ryder, e integrado por líderes de todo el sistema de la ONU.
El objetivo es presentar a los Estados Miembros propuestas en tres áreas:
Primero, identificar rápidamente eficiencias y mejoras en nuestra forma de trabajar.
Segundo, revisar a fondo la implementación de todos los mandatos otorgados por los Estados Miembros, que han aumentado significativamente en los últimos años.
Tercero, realizar una revisión estratégica de cambios más profundos y estructurales, así como una reestructuración programática dentro del sistema de la ONU.
Bajo el liderazgo del Presidente de la Asamblea General, consultaré de manera estrecha y regular con todos los Estados Miembros sobre los avances, buscando orientación sobre el camino a seguir y presentando decisiones concretas para discusión y toma de decisiones cuando sea pertinente.
Mi objetivo es avanzar lo más rápido posible en aquellas áreas donde tengo autoridad, y exhortar a los Estados Miembros a considerar las muchas decisiones que dependen de ellos.
Esto va mucho más allá de lo técnico. Los presupuestos en las Naciones Unidas no son solo cifras en una hoja de balance: son una cuestión de vida o muerte para millones de personas en todo el mundo.
Debemos garantizar el uso eficiente de los recursos mientras promovemos valores compartidos.
La necesidad es inmensa y el objetivo es claro: construir unas Naciones Unidas aún más fuertes y eficaces, que respondan a las necesidades de las personas y estén alineadas con el siglo XXI.
Y les agradezco.
Traducción no oficial. Encuentre la versión original en inglés aquí.