Corrompe las comunidades, obstruye oportunidades y arruina vidas, socavando los cimientos mismos de la dignidad, la igualdad y la justicia.
Como recuerda el tema del Día Internacional de este año, en 2025 se conmemora el 60º aniversario de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, que constituye un compromiso mundial poderoso para erradicar la discriminación racial en todas sus formas.
La Convención, forjada en el marco de los movimientos por los derechos civiles, contra el apartheid y en favor de la descolonización que marcaron la década de 1960, establece medidas concretas que los países deben adoptar para combatir las doctrinas racistas, promover el entendimiento y construir un mundo libre de discriminación racial. Hoy sigue siendo un faro de esperanza que nos guía en tiempos de oscuridad, un tiempo de odio y discordia crecientes, exacerbados por el aumento de las desigualdades, los algoritmos que capitalizan la hostilidad y aquellos que intentan crear división en beneficio propio.
En este Día Internacional, hago un llamamiento en favor de la ratificación universal de la Convención y de que los Estados la apliquen plenamente. Insto asimismo a los dirigentes empresariales, la sociedad civil y las personas comunes y corrientes a que se opongan al racismo en todas sus formas y actúen para que el espíritu de la Convención sea una realidad. Es nuestra responsabilidad compartida.
Las Naciones Unidas son un orgulloso aliado en la lucha por la dignidad y la igualdad de derechos de todos los miembros de nuestra familia humana. No descansaremos hasta conseguir un mundo libre de discriminación racial.
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