Con un valor inquebrantable, el personal de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas encara el peligro para ayudar a proteger a quienes lo necesitan, preservar la paz y restablecer la esperanza en algunos de los contextos más difíciles del mundo.
En el día de hoy rendimos homenaje a su servicio.
Encontramos motivo de inspiración en su resiliencia, dedicación y valentía.
Y recordamos a todos los valerosos hombres y mujeres que sacrificaron su vida por la paz.
Más de 4.400 miembros del personal de mantenimiento de la paz han muerto en acto de servicio: 57 de ellos, solo el año pasado.
Nunca los olvidaremos, y seguiremos adelante con su labor.
El Día Internacional del Personal de Paz de este año se centra en el futuro del mantenimiento de la paz.
El personal de mantenimiento de la paz se enfrenta hoy a situaciones cada vez más complejas en un mundo cada vez más complejo:
La creciente polarización y división en todo el mundo...
Operaciones que se vuelven aún más peligrosas por la multiplicidad de amenazas, como el terrorismo...
Los ataques contra el personal de mantenimiento de la paz mediante información errónea con consecuencias mortales...
Y desafíos que trascienden las fronteras, desde la crisis climática a la delincuencia transnacional.
De cara al futuro, es imprescindible que el personal de mantenimiento de la paz disponga de lo necesario para realizar su trabajo.
Esta es una responsabilidad compartida de las Naciones Unidas y los Estados Miembros.
El Pacto para el Futuro, aprobado el año pasado en las Naciones Unidas, contiene un compromiso de adaptar el mantenimiento de la paz a nuestro mundo cambiante.
Este desafío es también una oportunidad:
Para analizar lo que hace que las operaciones de mantenimiento de la paz sean fructíferas...
Para entender mejor lo que las entorpece...
Y para ayudar a concebir nuevos modelos centrados en el futuro que estén apoyados en soluciones políticas, cuenten con los recursos adecuados y tengan mandatos alcanzables, con estrategias de salida claras.
El primer paso —revisar nuestras operaciones de paz— ya está en marcha.
Y, juntos, seguiremos impulsando este esfuerzo vital.
Ahora más que nunca, el mundo necesita a las Naciones Unidas, y las Naciones Unidas necesitan un mantenimiento de la paz plenamente equipado para las realidades de hoy y los desafíos de mañana.
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