Lecciones desde La Mojana: Transformación de la Acción Humanitaria
El desarrollo de la iniciativa piloto Flagship se presenta como una valiosa oportunidad para que la comunidad humanitaria colabore estrechamente con las comunidades. Los días 7 y 8 de noviembre, junto al equipo de OCHA visitamos la región de La Mojana, un área que durante los dos últimos años ha sido golpeada por inundaciones constantes atribuidas al cambio climático. Durante nuestra visita, dedicamos tiempo a escuchar a las comunidades, buscando comprender sus prioridades, apuestas y experiencias en colaboración con la comunidad humanitaria. Estas interacciones han facilitado el diseño de estrategias que contribuyan a sus procesos comunitarios y de resiliencia.
Sincelejito (Majagual), es un corregimiento que se ha convertido en el epicentro de un proceso liderado por las mismas comunidades materializado en la Alianza Común La Mojana. Este grupo reúne a más de 300 juntas de acción comunal de los municipios de la región y ha recogido las voces de jóvenes, mujeres, hombres y adultos mayores. Dirigido por dos docentes, ahora funge como interlocutor entre las comunidades y organismos institucionales, como la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, el Fondo de Adaptación, el Ministerio de Educación y el de Vivienda, entre otros.
En medio de la situación, la alianza ha surgido como un medio para propiciar el diálogo colectivo sobre las situaciones a las que deben enfrentarse en comunidad asegurando que cada voz sea escuchada.
Un ejemplo de esto fueron los diálogos de reconciliación, un ejercicio de escucha entre los habitantes respaldado y acompañado por OCHA, que buscó llegar a acuerdos y construir un discurso común. Más allá de cerrar brechas, las comunidades también aspiran a no seguir experimentando hambre, que los niños y adolescentes puedan asistir a la escuela, que los jóvenes no abandonen el trabajo en el campo y que puedan acceder a educación superior, además de mejorar las vías para comercializar sus productos.
Temas como la alimentación, la adaptación de cultivos, la preservación de semillas, el cuidado de animales, la educación y la salud cobraron importancia en el espacio de la alianza. Las diferencias se diluyeron, y la palabra reconciliación adquirió, después de los diálogos, un nuevo significado, permitiendo la comprensión mutua y la colaboración hacia metas comunes.
El ejemplo de las mujeres resulta especialmente significativo. Para ellas, participar en el proyecto liderado por la FAO para la recuperación de medios de vida ha transformado sus rutinas y propiciado la unión. El acompañamiento técnico, las capacitaciones y encuentros les han permitido crear nuevas oportunidades de negocio y posibilidades que antes no contemplaban; desean asociarse, buscar otros proyectos para participar y comercializar sus productos en comunidades vecinas.
El trabajo en curso revela transiciones y capacidades que se han integrado en los discursos y acciones de las comunidades. Manifiestan el deseo de recibir más que simples kits de asistencia y buscan un acompañamiento en la elaboración conjunta de documentos y productos de información con los cuales puedan abogar por cambios. Esta iniciativa, respaldada por OCHA, ha llevado al reconocimiento por parte del Gobierno de la alianza como un interlocutor clave en el territorio.
Sincelejito (Ayapel), ha sido un corregimiento prioritario para Equipo Local de Coordinación (ELC) en 2021 y 2022 en la asistencia humanitaria por inundación. Con recursos del Fondo Central de Respuesta a Emergencias CERF, la agencia UNICEF y socios implementadores como la Fundación Sahed, Acción contra el Hambre y World Vision trabajaron con la comunidad en un proyecto de agua, saneamiento e higiene (WASH, por sus siglas en inglés). Durante la visita, la comunidad presentó los lavamanos construidos por ellos mismos, utilizando materiales locales como totumo, madera, plantas y plástico reciclado.
Este proceso refleja una adaptación de la información y el apoyo recibidos por parte de la comunidad humanitaria a sus prácticas culturales. Durante la visita, escuchamos a la comunidad hablar sobre cómo las inundaciones han impactado sus dinámicas de vida, tanto durante el Fenómeno de El Niño como durante el de La Niña. Esto los ha llevado a implementar estrategias de adaptación colectiva, incluyendo la recolección, tratamiento y almacenamiento seguro del agua.
La iniciativa Flagship, que busca transformar cómo opera la acción humanitaria, continúa escuchando los enfoques y prioridades de las comunidades, y comprendiendo las dinámicas de los territorios para ejercer la acción humanitaria con mayor responsabilidad y cercanía. En 2024, OCHA persistirá en la transformación de su modelo basándose en lecciones aprendidas y acciones orientadas a la construcción conjunta de soluciones sostenibles a lo largo del tiempo, mejorando así la vida de las personas y haciéndola más digna.