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26 enero 2023
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Volker Türk concluye su visita oficial a Colombia
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25 enero 2023
El Organismo Internacional de Eneregía Atómica OIEA, la Organización Mundial de la Salud OMS y la Organización Panamericana de la Salud OPS ayudan a Colombia a ampliar el control del cáncer
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Comunicado de prensa
24 enero 2023
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, en visita oficial a Colombia del 24 al 25 de enero de 2023
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Los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Colombia
Los Objetivos de desarrollo sostenible son el plan maestro para conseguir un futuro sostenible para todos. Se interrelacionan entre sí e incorporan los desafíos globales a los que nos enfrentamos día a día, como la pobreza, la desigualdad, el clima, la degradación ambiental, la prosperidad, y la paz y la justicia. Para no dejar a nadie atrás, es importante que logremos cumplir cada uno de estos objetivos al 2030. Si desea conocer más sobre los avances en cada tema, ingrese a cada Objetivo:
Los ODS conllevan un espíritu de colaboración y pragmatismo para elegir las mejores opciones con el fin de mejorar la vida, de manera sostenible, para las generaciones futuras. Proporcionan orientaciones y metas claras para su adopción por todos los países en conformidad con sus propias prioridades y los desafíos ambientales del mundo en general.
Los ODS son una agenda inclusiva. Abordan las causas fundamentales de la pobreza y nos unen para lograr un cambio positivo en beneficio de las personas y el planeta.
Historia
03 agosto 2022
A Fermín y a su familia contar con una letrina les cambió la vida
La comunidad está conformada por rancherías donde habitan siete familias. El agua siempre ha sido escasa y de difícil acceso, y tampoco hay baños a la vista. En las familias Wayúu todas las personas, grandes y chicas, caminan monte adentro entre los cactus de diferentes alturas y la presencia de chivos y serpientes para encontrar un poco de privacidad, un espacio para orinar y defecar lejos de la vista de todos.
¿Y qué significa no tener un baño? La correlación entre la aparición de enfermedades prevenibles y la falta de acceso a servicios de agua, saneamiento e higiene ha significado generacionalmente que los niños y niñas menores de cinco años corren riesgos asociados a su salud. Hacer sus necesidades a campo abierto se traduce en la presencia de moscas y contaminación fecal a fuentes de agua cercanas: es decir, mayor incidencia de diarreas y enfermedades respiratorias que, sumadas a las distancias y los escasos recursos para llegar a un centro de salud cercano, han significado la muerte de muchos niños y niñas pese a los conocimientos y saberes ancestrales de la medicina de estas comunidades.
Pero caminando por Elepelio, de la tierra sale una casa más pequeña que las demás, con una fachada pintada de blanco y un sistema de lavado de manos con agua y jabón externo conocido como tippy tap. Sí, se trata de un baño: una letrina seca que, además, fue construida por un miembro de esta misma comunidad.
“Aprendí a construir el baño, tiene un metro [dice Fermín, señalando al diámetro del suelo], y dos metros de profundidad. Corté un palo para el anillo, para que no se derrumbe la tierra. Puse madera, para echar barro, para poner la tapa, son 30 centímetros para poner la taza”, cuenta seguro y sonriente este padre de familia de 28 años.
“Los que usamos ese baño somos cinco; mi mujer, mis hijos (de 6, 5 y 2 años, dos niños y una niña) y yo; la familia. Pensé ese baño porque es importante para nosotros; para nuestra privacidad, para prevenir enfermedades”, agrega. “El proyecto que llegó fue de UNICEF y Fundación Halü, anteriormente yo no pensaba eso, tener un baño, pero ya gracias a ellos ya tenemos nuestro baño, una letrina seca con borra de café (el residuo que queda de filtrar el café) y ceniza”, explica. Para el uso de las letrinas secas se suele utilizar la ceniza y otros materiales fáciles de conseguir para evitar olores y la aparición de moscas al interior.
Gracias al financiamiento de la Fundación Baxter, personas como Fermín recibieron una serie de talleres donde se habló de los beneficios para la salud de contar con un espacio sanitario para hacer las necesidades. Todo esto, como parte de una estrategia conocida como Saneamiento e Higiene Total Sostenible (SAHTOSO), utilizada en este proyecto, liderado por UNICEF con la Fundación Halü como socio implementador, que busca que en un lapso de tres años Manaure llegue a ser el primer municipio certificado como libre de defecación a campo abierto en Colombia. Un primer paso es que personas como Fermín sean testigo vivo de que es posible construir un baño con materiales propios, combinando conocimientos nuevos con los ancestrales y la construcción tradicional de las rancherías Wayúu.
“El primer día que viene el proyecto a dar la información y explicación, yo pensé en seguida en intentarlo… comencé excavando, hasta que alcancé la profundidad, luego coloqué la madera, y así. Es importante para nosotros, para mis hijos y para mi mujer”, cuenta. Pero, además, Fermín encontró un sentido social en cuanto al momento de recibir visitas: “Si nos visita alguien de la comunidad ya tenemos este espacio para las mujeres, sobre todo, así como la visita y acompañantes”.
Para usar una letrina seca, Fermín cuenta orgulloso cómo pensó en los detalles que hacen la diferencia, incluyendo la disposición adecuada de la materia fecal para evitar los malos olores: “Yo puse una taza de cemento, tiene tapa para que no salga el olor y un respiradero”. Antes de esto, Fermín explica que la diarrea y los vómitos eran comunes: “los moscos recorren dos kilómetros... y ahora, como ya tenemos baños, estamos prevenidos de las enfermedades, gracias a esos proyectos que ya están avanzados en la comunidad. Es importante tenerlo para no salir, porque acá hay serpientes y ciempiés”. Y es que contar con letrinas secas también ha permitido una sensación de limpieza en el hogar, además de la tranquilidad de saber que los niños y niñas
no están deambulando solos y solas por el monte, buscando un espacio para sus necesidades. “Como son niños, se pueden perder porque no conocen el camino. También puede pasar que encuentren otra persona que se los lleva... no sabemos lo que les pase a los niños, se pueden encontrar con personas que los maltratan. Normalmente recorríamos hasta dos kilómetros... sí salíamos a pastorear, pues ahí mismo hacíamos. Los niños en cualquier lado hacen porque ellos no tienen baños. También cuando llueve salen muchos animales. Cuando alguien está enfermo y no puede salir, le toca hacer en una bolsa y luego sacarla”, cuenta.
Para Fermín, la esperanza es que ahora otras comunidades de Manaure se animen a replicar el ejercicio. Actualmente, más de 15 familias se están uniendo a este proyecto que, a través de una transferencia de conocimientos, acompaña y guía este proceso de autoconstrucción de letrinas. “Cuando yo llegue a otra comunidad, como ya tengo la experiencia, puedo dar una orientación para sumar otra comunidad al proyecto. Yo les diría que es importante para nosotros, para los niños, las madres de los niños y los adultos. Hay adultos que ya no van al monte, por su edad, y ahora yo puedo ofrecer una orientación y una solución para ellos. Cuando otras personas lleguen a la comunidad, yo puedo convencerlos sobre la importancia de la higiene y la salud. Los puedo invitar a mi casa a ver la letrina que tengo, que vean cómo se utiliza, cómo se hace”, dice Fermín.
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Historia
10 agosto 2022
LA COMUNIDAD SIKUANI, UN PUEBLO QUE APORTA A LA CONSTRUCCIÓN DE PAZ EN COLOMBIA
Durante 75 años ha sido testigo de los cambios sociales y la lucha de su comunidad por el derecho ancestral al territorio: “Para nosotros la tierra significa algo muy importante, la tierra es nuestra madre, es quien nos da el alimento, es donde cazamos,es donde recolectamos los frutos y muchos más. Y por eso la cuidamos y la defendemos”.
El pueblo Sikuani es uno de los 87 pueblos indígenas reconocidos en Colombia. Antes eran nómadas que recorrían las grandes sabanas, selvas y ríos de los llanos orientales, buscando alimento y sustento; Pero debido a la llegada de colonos, en principio atraídos por la explotación de caucho a finales de los años 50´s, luego por la siembra de cultivos ilícitos en medio del conflicto armado, los Sikuanis se han visto forzados a procesos de sedentarismo.
En el municipio de Mapiripán, departamento del Meta, pervive el pueblo Sikuani, y aunque algunas familias fueron desplazadas a causa de las masacres que se realizaron entre los años 1997 y 1998, después de casi una década, retornaron pero en condiciones muy precarias. Hoy son 458 familias que viven en cuatro territorios: el resguardo Caño Ovejas, el resguardo Caño Jabón, el asentamiento Chaparral y el asentamiento urbano, desde ahí luchan por conservar sus costumbres y tradiciones, mientras protegen los recursos naturales.
Entre la vida ritual y espiritual
Mapiripán en lenguas ancestrales significa “canasta de pan”, y hoy es un territorio lleno de oportunidades que le apuesta a la paz, ya que es el segundo municipio más grande del departamento del Meta y uno de los veinte con mayor potencial agroindustrial por sus amplias extensiones de tierras fértiles, clima y la presencia del río Guaviare.
La comunidad Sikuani hace parte de la riqueza cultural del territorio, donde las malocas de palma de moriche, en las partes altas de los bosques de galería, ríos y caños, resaltan imponentes en el paisaje de tierras color naranja y verdes pasturas.
Son muy conocidos los tejidos Sikuani que se realizan con palma de moriche, ya que la tradición es fabricar sus propios utensilios, las esteras, canastos artesanales como el “catumare” y accesorios como aretes, manillas y bolsos, entre otros.
Las mujeres continúan llevando faldas y vestidos con colores vivos y llamativos. El elemento más destacado de la cultura es la corona Sikuani, elaborada en hueso de jaguar, jabalí, gavilán, adornada con plumas de guacamayas, siempre la porta el chamán que a través del consumo de las semillas de Yopo, es el único que puede comunicarse con el dios Tsamani, quien guía para conseguir el alimento de la comunidad.
Manuel Rodriguez capitán y chamán del capitán y médico tradicional del resguardo Sikuani Caño Ovejas, comenta: “el Sikuani existe espiritualmente trabaja y sana, pero tiene que tener su yopo, porque al absorber el yopo, se mira cosas muy hermosas, se mira todo bonito, lo ve todo muy claro y se ve todo lo que tiene una persona enferma”.
En esta amplia cosmovisión, los rituales ancestrales son protagonistas; por ejemplo el rezo del pescado que es la ceremonia de iniciación y bautizo de las jóvenes para enfrentar su vida adulta. También el Itomo, que es la ceremonia en el segundo entierro de los difuntos.
El árbol Kaliawiri que provee la vida
Para el pueblo Sikuani el símbolo más importante es el árbol Kaliawiri, o árbol de la vida, que según sus creencias, era un niño que se convirtió en árbol, del cual brotaban todos los alimentos, pero el árbol era aprovechado únicamente por un personaje de la comunidad llamado “cuchi cuchi”, sin compartirlo con el resto de su clan. Su familia al notar que salía todas las noches y volvía en la mañana muy alegre, enviaron al “hombre lapo” para que lo siguiera e informará que pasaba, al descubrir que el se estaba alimentando de aquel árbol, organizaron una jornada de trabajo o “unuma” para tumbarlo. Al hacerlo cayeron todas las semillas con las que hoy el Sikuani se alimenta.
Los Sikuani poseen un calendario que se basa en la observación de la naturaleza y de las estrellas, de ahí se determina el momento de talar, cazar, sembrar o recolectar frutos. En la actualidad, cada familia se dedica a la agricultura de subsistencia en los conucos o parcelas, donde las mujeres siembran yuca brava (base de su alimentación para preparar el mañoco y la fariña), yuca dulce, plátano, tabena, batata, maíz y caña. Los hombres hacen el mantenimiento de los cultivos.
Así mismo, y según la temporada, recolectan frutos como: asaí, papaya, mango y el moriche, pewitsa (unama o seje), mocofey (pusuy), inojo (moriche), naxarra (wichirre). La mayoría de estos frutos provienen de palmas y palos (árboles) y no conocen su nombre en español como: tsuxü, abi, iwtsuli, woko, entre otros.
La pesca es una de las actividades destacadas para la subsistencia de la comunidad, por eso se enseña a los niños y las niñas a pescar con anzuelo y flecha. Al respecto Julio Rodriguez, joven Sikuani del resguardo Sikuani Caño Ovejas, nos relata su experiencia: “En temporada de invierno sale uno a la pesca, lleva el anzuelo y el arco por una tula, para llevar los pescados y llegar a un sitio para sacar lombriz, llega a una laguna, pone la lombriz en el anzuelo y así pesca. Uno avisa a los amigos, hermanos, cuñados para salir a la pesca, y salimos en grupo para cacería a la laguna Waxupuca”.
En verano la actividad puede durar varios días, según lo cuenta Julio Tovar otro jóven de la comunidad Sikuani resguardo Caño Ovejas: “El verano es bueno para la pesca, uno sale a la cacería, llevamos toldillos, hamaca para quedarnos allá, el día siguiente salimos a cazar los animales, pero en la tarde volvemos a nuestro cambuche con carne y lo moquiamos”.
Estas actividades se realizan con respeto a la madre tierra y cambiando el lugar continuamente para no afectar el ecosistema, pues como lo dice a continuación Manuel Rodriguez capitán y médico tradicional del resguardo Sikuani Caño Ovejas, ya se está afectando los ciclos vitales: “Los blancos siempre dicen, para qué esos indígenas tanta tierra, tanto territorio, pero no saben lo que hacen en la montaña, antes habían medicinas para toda clase de enfermedades y hoy sólo hay potrero, en los 40`s esa montaña era virgen, ahí se escuchaba los saínos, por la tarde llegaban los tigres, hoy en día no se ven”.
Trabajando por el desarrollo sostenible en Mapiripán
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Agencia Italiana de Cooperación para el Desarrollo (AICS) y el Comité Internacional para el Desarrollo de los Pueblos (CISP) se unen en una estrategia integral para apoyar el desarrollo sostenible de Mapiripán, que es un municipio con enfoque territorial (PDET), es decir que tiene prioridad para realizar proyectos en el marco del acuerdo de paz del país.
Bajo el lema “Avanza Mapiripán, territorio de paz con desarrollo sostenible”, promovemos la seguridad alimentaria y nutricional, la diversificación productiva, la gestión ambiental y la integración social con enfoque diferencial étnico y de género, para lograr impulsar la reactivación económica y el fortalecimiento del tejido social en este lugar de Colombia, tan azotado por la violencia durante décadas.
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Historia
21 octubre 2022
La reincorporación de mujeres exguerrilleras, pieza clave para la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia
Seis años después de la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP, más de 13,000 excombatientes, de los cuales un tercio son mujeres,siguen enfrentando a diario los retos derivados de su reincorporación a la vida civil. El nuevo Gobierno del país ha generado una ola de esperanza en la sociedad y la comunidad internacional en torno a la reactivación de la agenda de mujeres, paz y seguridad y en el potencial de la reincorporación para alcanzar la paz final.
Desde su origen, el Acuerdo de Paz contemplaba el enfoque de género como condición indispensable para su implementación. Las mujeres excombatientes han abrazado con ilusión roles inéditos para ellas como madres, emprendedoras, estudiantes, ciudadanas y lideresas políticas. Pero estas vidas no están exentas de desafíos: mejorar su seguridad física, jurídica y política; crear oportunidades educativas y económicas; y favorecer el acceso a servicios especializados de salud, entre otros, es clave para que la reincorporación tenga éxito.
ONU Mujeres junto con actores gubernamentales y de la sociedad civil, acompaña este proceso a través de acciones que fortalecen su ciudadanía, liderazgo político y empoderamiento económico, así como previenen las violencias de género y construyen nuevas masculinidades con los hombres excombatientes. Cerca de 3000 mujeres en 11 departamentos del país se benefician de estos programas, permitiéndoles afianzar su rol como constructoras de paz.
Vea el vídeo de abajo para saber más sobre las vidas de estas mujeres. Para conocer mas sobre el Acuerdo de Paz de Colombia y la Reincorporación, visite: https://colombia.unwomen.org/es
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Historia
25 noviembre 2022
Comunidades resilientes y autónomas: un trabajo en equipo
COLOMBIA: WFP está comprometido con las comunidades en los territorios más apartados del país para fortalecer su autonomía, su resiliencia y sus medios de vida, trabajando por la seguridad alimentaria de sus habitantes y llevando esperanza en medio del confinamiento
El Programa Mundial de Alimentos en Colombia accede a lugares donde muchos habitan en condiciones de vulnerabilidad, pero pocos llegan para asistirlos. El Medio y Alto Baudó en el departamento de Chocó es una región a la que las comunidades afro e indígenas se aferran con aprecio por su tierra, pero también con la esperanza de que podrán sacar adelante a sus familias y alcanzar sus proyectos de vida.
Hasta allí llega WFP con alimentos e insumos básicos para su nutrición, pero también con estímulos, recursos y capacitaciones para fortalecer sus medios de vida y garantizar su seguridad alimentaria. Gracias al respaldo del Fondo Central para la Acción en Casos de Emergencia (CERF, por sus siglas en inglés), WFP ha logrado apoyar a diez veredas del Medio y Alto Baudó con un total de 311 unidades avícolas entregadas a octubre de 2022. Más de 170 familias y 560 personas afrocolombianas han recibido 15 gallinas ponedoras por familia y asistencia técnica para la construcción de galpones de manera individual o en asociación con otros miembros de la comunidad.
Debido a la violencia y al reciente aumento de los precios de los insumos, múltiples poblaciones de la región se encuentran limitadas en su acceso a alimentos. El confinamiento no les permite adquirir alimentos diferentes a los producidos en sus territorios, particularmente aquellos con mayor valor proteico. En escenarios como estos, WFP acompaña a las comunidades más vulnerables con acciones que les den autonomía, les permitan garantizar su alimentación en el mediano y largo plazo y les brinden herramientas para recuperar sus medios de subsistencia.
Para Ramiro Mena, el proceso con los galpones ha sido “hermoso, bacano y chévere”. “Antes de tener el galpón nos enfocamos en la agricultura y la tierra, ahora somos muchos a los que nos gusta el enfoque de cría para producir huevos. Mi aporte en la construcción de estos galpones fue bonito porque intercambiamos manos como se hacía tradicionalmente. Entonces alguien de una familia venía y me ayudaba a mí y al otro día yo iba y le ayudaba a otra persona, con eso no nos cansábamos tanto. Por lo mismo pudimos hacerlo rápido, por la conectividad entre las familias y la comunidad.”
Nimia Solís, quien hace parte de la misma población, comenta que “las gallinas ponedoras son un beneficio porque cuando ya estén produciendo el costo de la canasta familiar se reducirá.” Su galpón lo montó con ayuda de su esposo y sus hijos, quienes estuvieron involucrados en el proceso mientras trabajaban en otras actividades de agricultura. “Me ayudaron mucho en la construcción y estuvieron ahí cuando los necesité. Ahora lo que me iba a gastar en comprar huevos, lo puedo gastar en otra cosa y ya no me preocupo más por eso.”
Por otra parte, Isaías Hinestroza comenta que la experiencia con los galpones ha sido maravillosa. “Hemos estado entusiasmados como comunidad porque todo lo que prometieron con el proyecto se ha cumplido y como campesino es una ayuda que, si le prestamos atención, se nos va a ver reflejada con beneficios. Yo vivo con mi esposa de 59 años, mi nieto y un hijo discapacitado de 35 años que los hemos podido cuidar gracias a Dios y al sacrificio de nosotros. Sabemos que con los galpones damos pasos hacia mejorar la canasta familiar, para asegurar los huevos que mucho hacen falta. Podemos a veces tener plata, pero no hay ni dónde comprar el huevo. Ahora, al prestarle atención a esos galpones será otra historia.”
Para participantes del proyecto como Leocadia Mena, a los beneficios de vivir en el campo como el contacto con la naturaleza, el río, su gente, se suma el acceso a una proteína básica. “Antes tocaba ir a Puerto Meluk a comprar un panal de huevos (caja de 30), ahora ese dinero nos va a servir porque acá tendremos los huevos y el sustento de nuestras familias.”
Finalmente, Ricauter García comenta que a su comunidad la afectan mucho los problemas de orden público. “Hemos estado confinados, nos ha tocado desplazarnos y por eso somos un pueblo que hace resistencia acá, no queremos irnos de nuestras tierras. A veces no podemos movilizarnos a otros lados para comprarlos (huevos), ahora con estos galpones nos saldrá mucho más económico y es nuestro, propio.”
Este proyecto, que ha contado con el respaldo de CERF, crea comunidad, anima al trabajo en equipo y fortalece el tejido social. Además, garantiza la seguridad alimentaria a mediano y largo plazo. Son acciones que generan sentido de pertenencia con los territorios y a las que los mismos habitantes desean contribuir para que el apoyo llegue a las comunidades aledañas, de manera que todo el territorio se beneficie.
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Historia
15 diciembre 2021
La paz con mirada de mujer
En algo coinciden todas: quieren construir paz desde el territorio y abrir caminos para que las mujeres sigan siendo protagonistas de la reconciliación. Ellas son defensoras de derechos humanos, víctimas del conflicto, lideresas sociales, estudiantes, excombatientes y maestras. Hoy, en el marco del 5° aniversario del Acuerdo de Paz, desde la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, destacamos estas historias diversas.
“Las mujeres en el país han estado por décadas al frente de la lucha incansable por la paz. Nadie mejor que ellas conocen de primera mano el impacto del conflicto y también del valor de la paz como único camino. Nunca se han rendido y siguen trabajando por una paz donde ellas estén al centro y que sus voces sean reconocidas como constructoras de paz”, explica Devanna de la Puente, asesora de Género de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.
Con las historias de Mariela, Yolanda, Patricia, Andrea y María Isabel, relatamos hoy la paz con mirada de mujer.
Mariela, la maestra de Llano Grande
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De los 23 años que tiene trabajando como maestra rural, Mariela López tiene un triste registro: cerca de dos décadas lo ha hecho en medio de la guerra, como víctima del conflicto. Hoy, al cumplirse 5 años del Acuerdo de Paz entre el Gobierno y las FARC-EP, su apuesta es la de promover la reconciliación en las aulas. Lo hace en la Institución Educativa Madre Laura, ubicada en la vereda Llano Grande, en Dabeiba, Antioquia, donde se encuentra un antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación, AETCR.
Mariela López pasó de tener 17 niños a cerca de 80 en la escuela de la vereda Llano Grande, en Dabeiba, Antioquia
“Después de que nos dimos cuenta que Llano grande iba a ser zona veredal, nosotros pensamos: Dios mío, pero cómo va a ser Llano Grande, en qué se va a convertir… Cómo iba a ser la convivencia de mis estudiantes que son el cien por ciento víctimas del conflicto armado y ¿sabe que fue lo que nosotros hicimos? banderas blancas”, dice.
El primer encuentro con los excombatientes de Farc no fue fácil después de dos desplazamientos forzados, el asesinato de su esposo y la pérdida de varios de sus estudiantes por razones del conflicto. Ese día corrió hasta el pueblo y se puso a llorar.
“¿Cómo hago yo para hablar de paz?”, se preguntó Mariela. “Si yo no he perdonado y si no perdono pues la que me estoy haciendo daño soy yo. y yo dije no, esta no es la actitud que puedo tener, tengo que cambiar esta actitud, tengo que estar preparada, tengo que estar fuerte para ese momento y dije que no quiero que ninguna familia en Colombia viva lo que yo viví y desde hoy voy a aportar lo que sea para que el proceso de paz se dé y para que en Llano Grande se viva la reconciliación”, relata.
“Pensábamos que los excombatientes eran personas agresivas pues por lo que uno había vivido. Pero al ellos llegar aquí yo pienso que no son tan malos, yo digo que también, voy a pedir disculpas por lo que voy a decir, yo digo que muchos de ellos también son víctimas”, añade.
En Llano Grande, hace 5 años, solo 17 niños y niñas iban a clase. Hoy lo hacen cerca de 80, hijos de víctimas del conflicto, excombatientes, campesinos y de la fuerza pública.
“Al ver que el proceso educativo los va mejorando, los va cambiando la forma de pensar, de actuar, que las cosas no se pueden arreglar a las patadas y los puños sino que se arreglan hablando. Yo digo que eso me hizo más fuerte y me hizo saber de qué realmente estaba hecha Mariela y que realmente sí soy maestra”.
Ledys, de la selva a Medellín
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Ledys Restrepo empezó su proceso de reincorporación en el antiguo espacio de Vidrí, en los límites entre Antioquia y Chocó. Luego de participar en el Mecanismo de Monitoreo de Verificación y del cierre de este espacio, se trasladó a Medellín.
Ledys Restrepo hace parte del grupo de 32 mujeres que emprendieron el Mercado Construyendo Paz, en Medellín.
Después de muchos años en la selva, la mujer pudo abrazar a su madre, hermanos, tíos y a su hija. Ahora, en la ciudad, lidera un proceso de empoderamiento de las mujeres. “Es empezar uno como esa etapa como se dice a la visibilización, a que nos vean, a que somos firmantes y le apostamos a la paz y lo que queremos es una Colombia como se dice en paz”, comenta.
“A estos cinco años se ha transformado porque cuando uno llega, llega como más oculto, y a medida que va avanzando ya tenemos cooperativa, tenemos mercado, tenemos otros proyectos que van, otras iniciativas que ya están en su etapa de desarrollo”.
Llegué a la ciudad a finales de septiembre de 2017 y empezó a buscar a las mujeres. “Veníamos de muchas regiones del país y nos reunimos y dijimos vamos a seguir apostándole a la paz y vamos a empoderarnos como mujeres y empezamos una lluvia de ideas de cosas que podríamos hacer. Y eso fue tan impactante vernos todas en la casa de la reincorporación”, agrega Ledys.
Explica que aparte del mercado de las mujeres está en su etapa de formulación un proyecto de turismo y una panadería con enfoque comunitario. “Entonces mire que la vida ahora después de estos cinco años nos ha dado un giro. Nos ha dado una vuelta a todas, ¡eso es una felicidad!”.
En cinco años se ve como una mujer con un proyecto de vida. “Que tanto en la parte urbana como en la parte rural, la gente ya haya entendido este conflicto y nos acoja a todos los firmantes de paz cómo acogen los que hay en esta sociedad, que nos vean igualmente sin indiferencia.
María Isabel, un canto de sanación
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María Isabel Palacio, víctima del conflicto, canta para sanar las heridas.
Las cuerdas vocales se afinan y se van mezclando los distintos tonos. No importa el pasado. Ahora son una sola voz sin distinguir si se fue víctima o victimario. Todos y todas están listas para cantar, “Para la guerra nada”, de Marta Gómez.
Eso se logra en el Coro Reconciliación de la Orquesta Filarmónica de Medellín donde María Isabel Palacio, representante de la Mesa de Víctimas de Itagüí, Antioquia, es una de las 30 voces que se unen cada semana, o cuando el tiempo lo permita, para entonar cantos de reconciliación, con canciones clásicas o ritmos colombianos.
Después de vivir el exilio y de sentir que el conflicto podía arrebatarle la vida, la música ha sido su salvación al regresar a Antioquia. Canta con excombatientes de Farc y con otras víctimas como ella. A medida que lo hace, relata que siente una “liberación”.
“Desde la primera clase yo sentí que mi alma comenzó a moverse. Los sonidos musicales me permitieron reconocerme, sacaron de mi ser un dolor, una angustia, algo que me acompaña”, expresa.
Hoy , 5 años después de la firma del Acuerdo de Paz, dice que tiene esperanza. “Yo que antes me negué a creer en el Acuerdo de paz, hoy quiero creer en él, quisiera que todas las víctimas cantarán para que se permitan una liberación de vida y una transformación porque es muy importante transformarnos”, indica.
“Nos hemos vuelto hombres fuertes, mujeres conocedoras, mujeres tejedoras, nosotros tejemos, tenemos un tejido social, acompañamos a las mujeres de muchas formas, hemos ido proyectando en ellas una transformación de vida que es importante, entonces es como en tu disponibilidad verdadera, franca, con amor con respeto a acompañar el otro”, agrega. Andrea, volver a nacer Ver video Andrea Cañaveral tiene en mente ser profesional. Andrea Cañaveral inició su proceso de reincorporación en la zona veredal de Tierra Grata, en Cesar, y de allí se trasladó al Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de La Plancha, en Anorí, Antioquia. Ahora su meta es graduarse como profesional, porque cuando ingresó a la guerrilla cursaba el noveno grado de bachillerato. En La Plancha apoyó un proyecto de apicultura con “Miel de la Montaña” y ahora en Medellín, sueña con trabajar por los derechos de las mujeres en distintos proyectos de género. “El momento más grato al volver a la ciudad fue el haberme encontrado con mi familia, mi hermana, mi mamá, mi sobrino, pues mi núcleo familiar para mí fue lo más bonito y lo más grato en todo este proceso. Es muy reconfortante saber que llegó después de siete años de haber estado en filas. Encontrarlos, eso ha sido lo más bonito”, expresa. Para Andrea, el proceso de reincorporación tiene muchos altibajos emocionales. “Pero también me ha permitido ir encontrando mi propia paz”. Luego de 5 años lejos de las armas, celebra vivir en Medellín con su familia. “Luego de la firma del Acuerdo y ahora que regreso a la ciudad, vuelvo a nacer. Como persona me ha ayudado mucho este proceso de reincorporación a ser mucho más humana, mucho más sensible al dolor del otro; entiende uno muchas cosas y se abre también a la empatía, se abre también a la paz”, expresa. Destaca que las mujeres avanzan en cierta sororidad. “Es muy diverso lo que la mujeres reincorporadas vivimos luego de la firma del Acuerdo; encontrarnos con otras mujeres, mujeres estudiantes, mujeres indígenas, mujeres obreras y para nosotras es muy enriquecedor encontrar esa otra visión de esas otras mujeres sobre el mundo o sobre la vida misma. Otra cosa también muy importante y que resaltar es que las mujeres podemos participar de otros espacios”. Yolanda es negra y es colombiana (Ver video) Yolanda Perea insiste en que Colombia necesita un país en paz que le permita vivir la alegría de sus hijos. “Soy un ser humano que está orgullosa de tres cosas: ser mujer, ser negra y ser colombiana”. Con estas palabras Yolanda Perea, víctima de violencia sexual en el marco del conflicto armado, y lideresa social, invita a reflexionar sobre los derechos de las mujeres afrocolombianas 5 años después de la firma del Acuerdo de Paz. Oriunda de Riosucio, Chocó, madre de dos hijos, promueve el empoderamiento y la resiliencia, en memoria de su madre María Ricardina Perea, la cual le fue arrebatada por el conflicto. Por eso insiste en que prefiere siempre la paz a los dolores de la guerra. “Yo no puedo cambiar lo que soy, yo soy un ser humano, fui violentada brutalmente y ahora lo que estoy viviendo, es que lo a que mí me pasó no quiero que a nadie más le pase, por eso es importante el Acuerdo de Paz para mí, como Yolanda, y que siempre lo he dicho, que prefiero un acuerdo imperfecto y no una guerra en permanencia y desde ahí levanto la voz con otros y otras”. Una de sus palabras favoritas es “juntanza” y por eso a través de distintas actividades, promueve estrechar lazos. “Lo que hicimos fue rejuntarnos y de ahí empezar por medio de la tela a escribir, pintar, tejer, y que esto pudiera ser un proceso de recuperación emocional. Entretrenzamos cada día esa esperanza de que el día de mañana va a ser mejor y va a ser mejor porque cada uno y cada una está aportando ese granito de arena para construir un país mejor y en paz”. Ella con sus trenzas de colores, invita a rodear el Acuerdo de Paz. “Para mí eso es lo importante del acuerdo de paz por eso lo defiendo, lo seguiré defendiendo, sé que esto me causa muchas amenazas, pero creo que mis hijos y mis hijas merecen un país mejor, más equitativo, igualitario y en paz. Mis compañeras merecen verdad y justicia y sobre todo garantía de no repetición”. Por Elizabeth Yarce Ospina
Oficial de Información Pública- Regional Medellín
Misión de Verificación de la ONU en Colombia. Fotografías: Susana Molina.
“Nos hemos vuelto hombres fuertes, mujeres conocedoras, mujeres tejedoras, nosotros tejemos, tenemos un tejido social, acompañamos a las mujeres de muchas formas, hemos ido proyectando en ellas una transformación de vida que es importante, entonces es como en tu disponibilidad verdadera, franca, con amor con respeto a acompañar el otro”, agrega. Andrea, volver a nacer Ver video Andrea Cañaveral tiene en mente ser profesional. Andrea Cañaveral inició su proceso de reincorporación en la zona veredal de Tierra Grata, en Cesar, y de allí se trasladó al Antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación de La Plancha, en Anorí, Antioquia. Ahora su meta es graduarse como profesional, porque cuando ingresó a la guerrilla cursaba el noveno grado de bachillerato. En La Plancha apoyó un proyecto de apicultura con “Miel de la Montaña” y ahora en Medellín, sueña con trabajar por los derechos de las mujeres en distintos proyectos de género. “El momento más grato al volver a la ciudad fue el haberme encontrado con mi familia, mi hermana, mi mamá, mi sobrino, pues mi núcleo familiar para mí fue lo más bonito y lo más grato en todo este proceso. Es muy reconfortante saber que llegó después de siete años de haber estado en filas. Encontrarlos, eso ha sido lo más bonito”, expresa. Para Andrea, el proceso de reincorporación tiene muchos altibajos emocionales. “Pero también me ha permitido ir encontrando mi propia paz”. Luego de 5 años lejos de las armas, celebra vivir en Medellín con su familia. “Luego de la firma del Acuerdo y ahora que regreso a la ciudad, vuelvo a nacer. Como persona me ha ayudado mucho este proceso de reincorporación a ser mucho más humana, mucho más sensible al dolor del otro; entiende uno muchas cosas y se abre también a la empatía, se abre también a la paz”, expresa. Destaca que las mujeres avanzan en cierta sororidad. “Es muy diverso lo que la mujeres reincorporadas vivimos luego de la firma del Acuerdo; encontrarnos con otras mujeres, mujeres estudiantes, mujeres indígenas, mujeres obreras y para nosotras es muy enriquecedor encontrar esa otra visión de esas otras mujeres sobre el mundo o sobre la vida misma. Otra cosa también muy importante y que resaltar es que las mujeres podemos participar de otros espacios”. Yolanda es negra y es colombiana (Ver video) Yolanda Perea insiste en que Colombia necesita un país en paz que le permita vivir la alegría de sus hijos. “Soy un ser humano que está orgullosa de tres cosas: ser mujer, ser negra y ser colombiana”. Con estas palabras Yolanda Perea, víctima de violencia sexual en el marco del conflicto armado, y lideresa social, invita a reflexionar sobre los derechos de las mujeres afrocolombianas 5 años después de la firma del Acuerdo de Paz. Oriunda de Riosucio, Chocó, madre de dos hijos, promueve el empoderamiento y la resiliencia, en memoria de su madre María Ricardina Perea, la cual le fue arrebatada por el conflicto. Por eso insiste en que prefiere siempre la paz a los dolores de la guerra. “Yo no puedo cambiar lo que soy, yo soy un ser humano, fui violentada brutalmente y ahora lo que estoy viviendo, es que lo a que mí me pasó no quiero que a nadie más le pase, por eso es importante el Acuerdo de Paz para mí, como Yolanda, y que siempre lo he dicho, que prefiero un acuerdo imperfecto y no una guerra en permanencia y desde ahí levanto la voz con otros y otras”. Una de sus palabras favoritas es “juntanza” y por eso a través de distintas actividades, promueve estrechar lazos. “Lo que hicimos fue rejuntarnos y de ahí empezar por medio de la tela a escribir, pintar, tejer, y que esto pudiera ser un proceso de recuperación emocional. Entretrenzamos cada día esa esperanza de que el día de mañana va a ser mejor y va a ser mejor porque cada uno y cada una está aportando ese granito de arena para construir un país mejor y en paz”. Ella con sus trenzas de colores, invita a rodear el Acuerdo de Paz. “Para mí eso es lo importante del acuerdo de paz por eso lo defiendo, lo seguiré defendiendo, sé que esto me causa muchas amenazas, pero creo que mis hijos y mis hijas merecen un país mejor, más equitativo, igualitario y en paz. Mis compañeras merecen verdad y justicia y sobre todo garantía de no repetición”. Por Elizabeth Yarce Ospina
Oficial de Información Pública- Regional Medellín
Misión de Verificación de la ONU en Colombia. Fotografías: Susana Molina.
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Historia
25 enero 2023
El Organismo Internacional de Eneregía Atómica OIEA, la Organización Mundial de la Salud OMS y la Organización Panamericana de la Salud OPS ayudan a Colombia a ampliar el control del cáncer
Hoy en día el cáncer es la segunda causa de mortalidad en Colombia y representa un importante desafío para la salud pública, ya que impone una pesada carga financiera para el sistema sanitario. De las estimaciones realizadas por el Observatorio Mundial del Cáncer del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) se desprende que el número de casos y muertes por cáncer en Colombia aumentará cerca del 40 % y del 50 % en 2030 y 2040 respectivamente.
Un grupo de 11 expertos internacionales de todos los ámbitos de prevención y control del cáncer, procedentes de varios países de América Latina y el Caribe, visitó Colombia entre el 21 y el 25 de noviembre en el marco de una misión imPACT coordinada y dirigida por el OIEA conjuntamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El grupo interdisciplinar recorrió 11 000 kilómetros dentro del país, visitó 8 hospitales públicos y 11 privados y mantuvo reuniones con cerca de 100 agentes locales, con el objetivo de examinar las desigualdades geográficas y económicas que condicionan el acceso a los servicios de atención oncológica. Una vez recopiladas sus conclusiones, el grupo se reunió con el Ministerio de Salud y Protección Social para compartir sus recomendaciones. Asimismo, a partir del mes de julio de este año y con el objetivo de recopilar el mayor número posible de pruebas y testimonios, los expertos encargados de la evaluación entrevistaron a representantes de las instituciones proveedoras de servicios de salud y administradores de la salud pública, tanto a nivel nacional como local, mediante cuestionarios en línea, grupos de discusión, entrevistas individuales y talleres regionales que abarcaron las cinco regiones de Colombia. La actividad contó con el apoyo de 21 expertos nacionales designados por el Ministerio de Salud de Colombia.
“La evaluación tuvo como objetivo identificar oportunidades para mejorar la calidad y contribuyó a fortalecer la equidad de los servicios oncológicos a través del suministro de la información necesaria para la planificación y evaluación de acciones”, afirmó Nubia Bautista, Subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud y Protección Social. “Esta evaluación imPACT ha procurado captar la diversidad geográfica, cultural y socioeconómica de Colombia. A pesar de la creciente capacidad humana y tecnológica del país, hay comunidades en Colombia cuyo acceso a los servicios e instalaciones de prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer es limitado. Esto comprende a las comunidades ancestrales, las comunidades aisladas y las comunidades de migrantes”.
El objetivo de las evaluaciones imPACT consiste en realizar un análisis participativo de las capacidades y necesidades del sistema sanitario de un país en materia de prevención y control del cáncer. Colombia solicitó su primera evaluación imPACT en 2011 y, basándose en sus recomendaciones, en 2012 puso en marcha su Plan Decenal para el Control del Cáncer. En noviembre de 2022, a solicitud del Ministerio de Salud y Protección Social, se dio inicio a la evaluación imPACT de seguimiento, en cuyo marco un equipo de expertos del OIEA, la OMS y la OPS realizarían una evaluación exhaustiva de las capacidades del país para el control del cáncer.
Para reducir la desigualdad en el acceso a los servicios en regiones y grupos de población específicos, en especial en regiones remotas del país, comunidades ancestrales y poblaciones migrantes, los expertos de la evaluación imPACT propusieron la creación de un modelo de atención coordinada, que incluya estrategias como la asistencia extrahospitalaria, el uso de telemedicina y la aplicación de tecnologías apropiadas.
La evaluación imPACT permitió identificar otras deficiencias importantes en la prestación de servicios de control del cáncer que deben ser subsanadas para promover un acceso equitativo a los servicios de prevención y control del cáncer. En el informe de la evaluación se plantea la necesidad de contar con un programa de detección precoz para reducir el número de casos de cáncer en fase avanzada. También se presentan en detalle sistemas de información para la vigilancia del cáncer que permitirán mejorar el registro nacional del cáncer que rastrea datos relativos a enfermos y sobevivientes de esa enfermedad.
Según Juan Pablo Parra, Oficial Nacional de Enlace para la cooperación técnica con el OIEA en Colombia, “la misión imPACT fue un éxito dado que la idea de dirigirla a los territorios y de abarcar zonas remotas fue muy bien recibida y está en consonancia con la visión del nuevo gobierno”. Destacó asimismo el enfoque de la misión en cuestiones transversales, incluidas las relativas a las comunidades indígenas y remotas.
“Sin lugar a dudas, aún falta mucho camino por recorrer antes de que podamos garantizar que toda la población colombiana tenga las mismas oportunidades de prevenir el cáncer y que podamos mejorar la calidad de vida de los pacientes oncológicos”, afirmó Carolina Corcho, Ministra de Salud y Protección Social. “Debemos llegar a todos los colombianos y debemos brindar el mejor servicio posible sin discriminación alguna, ya sea geográfica o socioeconómica. En definitiva, estamos trabajando para transformar y construir un sistema sanitario inclusivo, predictivo y preventivo, capaz de cerrar las brechas actuales”.
Las evaluaciones imPACT proporcionan a los gobiernos y a sus asociados un análisis de la situación inicial y un conjunto de recomendaciones que sirven de guía para planificar las actuaciones en materia de control del cáncer y las inversiones en todos los ámbitos de esta esfera, desde la prevención hasta los cuidados paliativos. Desde 2005, el OIEA ha efectuado más de 100 evaluaciones imPACT en los países miembros.
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Historia
23 enero 2023
MI TIERRA: LA LUCHA DE LA MUJER RURAL
Al son de un vallenato, Yimis Severiche Montes sostiene en sus manos el título de la Agencia Nacional de Tierras que la certifica como propietaria del predio en el que construyó su vida. Su sonrisa es inevitable cuando habla de este logro, pues a sus 56 años confiesa haber pensado que no iba a vivir este momento.
Ella es una mujer de carácter fuerte y risa contagiosa, lideresa, madre de cuatro hijos, y campesina del corregimiento de Sincelejito en el municipio de El Guamo, Bolívar. Sus labores como lideresa empezaron hace muchos años, siempre abogando por una mejora sustancial de las condiciones de vida de las mujeres rurales de su municipio. Con los años, consolidó su trabajo y se convirtió en un referente de empoderamiento femenino y perseverancia en la costa caribe colombiana.
Su rol como lideresa y su carácter luchador lo forjo durante los dolorosos años del conflicto armado, el cual golpeó con fuerza esta región. A pesar de las diferentes presiones que tuvo que soportar por parte de los grupos armado, Yimis nunca quiso dejar su tierra. Junto a sus vecinos e hijos, decidieron repartirse informalmente las pocas hectáreas de tierra que habitaban para que cada uno tuviera un lugar donde sembrar una vida mejor.
Aunque este mecanismo les funcionó durante años y les permitió ser fuente autosostenible de alimentos, Yimis sabía que las improvisadas cartografías mentales que utilizaban para delimitar sus predios no eran suficientes para generar un desarrollo real para su familia y su comunidad. Es por esta razón, que con la llegada al municipio de la fase de formulación de los Planes de Ordenamiento Social de la Propiedad Rural -POSPR de la Agencia Nacional de Tierras -ANT y con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD, Yimis junto a otras mujeres, fueron las primeras en participar en los espacios pedagógicos que potenciaban capacidades de liderazgo y brindaban conocimientos en política pública y uso y tenencia de la tierra.
“Los POSPR deben ser una garantía para el campesinado y para nosotras las mujeres, porque nosotras también necesitamos nuestros predios, tener vivienda propia y digna, que haya un documento que diga eso, porque no lo tenemos en este momento” enfatizó Yimis en el 2019.
Esta era la expectativa de una mujer trabajadora que al final logró cumplir su sueño de contar con un título de propiedad que hoy la acredita formalmente como dueña de su tierra. Gracias a la priorización de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial – PDET, los POSPR y al arduo trabajo lideresas sociales, se abre un camino lleno de oportunidades para la mujer rural, ya que estas podrán no solo ser propietarias de predios sino también tener un mayor acceso a créditos que permitan la financiación de sus proyectos productivo y la realización de sus sueños.
Para Yimis, este es un factor fundamental ya que la equidad e igualdad entre hombres y mujeres permite una vida digna y una paz duradera.
“Yo quiero contribuir al reconocimiento de las mujeres campesinas y su consolidación como actor político y constructora de paz en el territorio. Creo firmemente que todas tenemos las capacidades para participar en la toma de decisiones a nivel regional y nacional”. afirma Yimis con la sonrisa que la caracteriza.
Texto: Lorena Rueda. Fotografía: Carlos Parra.
PNUD Colombia
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17 agosto 2022
En Chocó tejemos futuro con la educación.
Como un aporte a la reconciliación y la paz en Carmen del Darién y Riosucio, en el marco de las acciones de implementación del proceso de paz, trabajamos con el Ministerio de Educación Nacional, Corpoeducación, y la financiación del Fondo Multidonante para el Sostenimiento de la Paz, una iniciativa que protege las trayectorias educativas de 3 mil niñas, niños y adolescentes, para que puedan culminar su ciclo educativo a tiempo y con calidad.
Chocó, agosto 16 de 2022. Yadira Asprilla Cuesta conoció a sus verdaderos padres cuando quedó embarazada. Para aquel entonces corría el 2020, con apenas 16 años y sin el apoyo emocional ni financiero de su pareja, el futuro se veía poco esperanzador. A su situación personal había que sumarle que Carmen del Darién (Chocó), el municipio que la vio nacer y crecer, estaba agobiado por la violencia de los actores armados ilegales que se disputaban el control del río Atrato, un corredor estratégico para el narcotráfico.
Superando todos los pronósticos y las estadísticas, Yadira decidió seguir estudiando y pudo hacerlo en el marco del proyecto interagencial “Tejiendo lazos comunitarios para la educación, la reconciliación y la consolidación de la paz en los municipios de Carmen del Darién y Riosucio en el marco de sus PDET”, con apoyo financiero del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz en Colombia (MPTF).
Debido a que Carmen del Darién y Riosucio son considerados territorios afectados por el conflicto armado, con altos índices de pobreza, presencia de economías ilícitas y un analfabetismo 3 veces mayor al promedio nacional, hacen parte de los 170 municipios que fueron priorizados en el marco del Acuerdo Final de Paz suscrito entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP. Esta priorización busca garantizar el desarrollo de estrategias innovadoras para el mejoramiento de la educación.
En educación el acuerdo 1 es explicito en la necesidad de implementar un plan de educación pertinente para municipios rurales y asegurar que cada estudiante cuenta con oportunidades para la construcción de su proyecto de vida.
“Luego de un análisis de las condiciones y vocación productiva de los municipios, diseñamos una iniciativa para proteger las trayectorias educativas, y que los estudiantes puedan culminar de manera oportuna el ciclo escolar. El centro de la intervención es que cada estudiante aprenda, en sus intereses y particularidades de desarrollo, así mismo, desarrolla herramientas que permiten reconocer el entorno para generar acciones de equidad”, según Catalina Duarte, especialista en Educación de UNICEF Colombia.
Precisamente, este enfoque integral del aprendizaje, que vincula al ejercicio pedagógico la interacción de procesos cognitivos, emocionales y sociales fue lo que le permitió a Yadira convertirse en uno de los 3 mil estudiantes que hacen parte de la iniciativa. Si bien la institución educativa no les cierra las puertas a las madres adolescentes, fortalecer la gestión de los actores de la comunidad educativa y fomentar las interacciones efectivas que facilitan el aprendizaje y mejoran la acogida de los niños, niñas y adolescentes en el entorno escolar son claves para que nadie, por ningún motivo, abandone la educación.
Con una deserción en cero en el marco de este proyecto, y la satisfacción de hacer las cosas bien, en una reciente visita de la Coordinadora Residente de las Nacionales Unidas, Mireia Villar, hizo un llamado para que el modelo sea replicado por la institucionalidad local, para que las siguientes generaciones, como la hija de Yadira, puedan desarrollar todo el ciclo escolar a tiempo y tengan un aprendizaje de calidad que les permita construir y consolidar su proyecto de vida.
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25 febrero 2022
Una agenda común por Colombia.
Las próximas elecciones de congreso y presidencia de Colombia, presentan una oportunidad para unir esfuerzos, y construir consensos, en torno a la construcción de una Colombia más equitativa y en paz, dónde nadie se quede atrás.
En este sentido, desde la ONU en Colombia identificamos 3 grandes objetivos y 10 puntos impostergables en la agenda que consideramos son fundamentales y deberían ser una “AGENDA COMÚN POR COLOMBIA”.
Este documento, que ya fue presentado a los candidatos y candidatas a la presidencia de Colombia y a sus equipos técnicos, busca incidir en este momento electoral y poner sobre la mesa temas y agendas prioritarias que buscan:
Restaurar la confianza entre el Estado y la sociedad mediante la construcción de instituciones sólidas que faciliten la construcción de una paz duradera en todo el territorio, libre de violencias y bajo un nuevo modelo de gobernanza.
Transformar la relación entre el Estado y el mercado, habilitando nuevas reglas de juego que incentiven una economía que proteja al planeta y a las personas, y un compromiso renovado del sector privado por ser parte de la solución a los retos de sostenibilidad y equidad que afrontamos
Repensar un sistema de protección social solidario para asegurar una mejor distribución de cargas entre el Estado, la sociedad y los mercados, donde se garantice la inclusión social y productiva de todas las personas, particularmente de los más vulnerables
Bajo estos tres grandes objetivos, el documento presenta 10 puntos de agenda impostergables, y también 50 acciones estratégicas que pueden ser una hora ruta y ser incorporadas en el próximo Plan Nacional de Desarrollo.
Esta es una invitación para que todos los candidatos y candidatos, partidos políticos y ciudadanía en general se apropien de esta agenda común por Colombia y cuentan con el Sistema de Naciones Unidas para su implementación, para que entre todos podamos construir la Colombia anhelada.
Descargue el documento aquí
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Historia
14 enero 2022
“La fruta de la pasión”, un deleite para la producción y el consumo
Lideresa que hoy desde Villavicencio nos invita a pensar qué comemos, a quién compramos nuestros alimentos y cómo podemos hacer de Colombia un país de oportunidades.
Graciela y su esposo Gilberto, juntos nacidos y criados en el campo, retornaron a este luego de haber estado en la ciudad por más de 30 años. Con sus tres hijos ya grandes, estudiando en la universidad y trabajando, decidieron volver a una vida más tranquila y saludable, que hoy han encontrado en la vereda Palmarito de Villavicencio, en el departamento del Meta.
A sus 60 años, con el tiempo para ellos, iniciaron cultivando un poco de cada cosa en su finca, un pequeño espacio en el que más allá de buscar rentabilidad buscaban ocupar su tiempo “no perder la costumbre de mantenernos activos”, dice Graciela.
Fue allí, cuando con el apoyo de su hija y el impulso familiar se orientaron hacia el cultivo de maracuyá, una Passiflora que encanta por su color, aroma y sabor. “Todo empezó como una práctica universitaria para nuestra hija, que es ingeniera agrónoma”, cuenta Graciela al recordar el inicio de lo que hoy es su empresa asociativa y comunitaria con el cultivo y comercialización de la “la fruta de la pasión”.
Rompiendo la tradición de cultivos en la zona, donde se producen especialmente cereales como el arroz, la soya o el maíz, hace 6 años incursionaron en la producción de maracuyá a mayor escala. No lo hicieron solos, Graciela y su familia, convocaron a los vecinos para contarles sobre las maravillas de este cultivo.
Convencida de que la unión hace la fuerza, compartió sus conocimientos con 6 vecinos más y con ellos dio paso a la creación de la Asociación de Productores Agropecuarios de Palmarito (ASOPROAVP), la cual, tras 6 años de existencia, cuenta ya con 24 asociados.
Como madre y lideresa de su organización, conoce y aprecia el valor de buena alimentación, motivaciones que la han orientado a buscar una producción cada vez más limpia. “No usamos químicos porque el alimento es fuente de vida y el soporte para gozar de buena salud”, afirma Graciela.
Su producción libre de trazas químicas, el amor y la pasión por lo que hacen, así como la integración entre ellos les ha hecho merecedores del reconocimiento a nivel local. Lo confirma cuando dice “hemos sentido la diferencia al cultivar con buenas prácticas; nuestra maracuyá es muy apetecida, los frutos son más grandes y se concentra mejor el sabor”.
Comenzaron vendiendo en las tiendas de barrio, pero ahora con una mayor producción y más asociados surten a supermercados. Y gracias a su integración a la Red de Abastecimiento de Alimentos del Meta, apoyada por el convenio FAO – Ecopetrol, cuentan con un espacio en la Galería 7 de Agosto y son proveedores directos del casino de empleados de Ecopetrol en el departamento.
Lo que viene ahora para ASOPROAVP es la producción de pulpas y néctar de maracuyá, productos que transforman actualmente de manera artesanal, pero que pronto tecnificarán con la planta despulpadora que están próximos a recibir.
Con esta historia cierra el año 2021: Año Internacional de las Frutas y Verduras (IYFV); alimentos esenciales para la salud humana. Demasiado ricas, saludables y nutritivas para perderlas.
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Comunicado de prensa
26 enero 2023
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos Volker Türk concluye su visita oficial a Colombia
Buenas tardes,
Acabo de participar en una ceremonia en el Ministerio de Relaciones Exteriores donde firmé un nuevo Acuerdo de Sede, renovando la presencia de mi Oficina en Colombia hasta el 2032. Me gustaría expresar mi profunda gratitud al Gobierno por este Acuerdo, que nos permitirá continuar, y espero fortalecer, nuestra labor aquí. Como seguramente muchos ya lo saben, nuestra presencia en Colombia es una de las más grandes y antiguas de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU. Por casi 26 años, su personal comprometido y experto ha trabajado junto con los y las colombianas para mejorar la situación de derechos humanos de todos y todas en Colombia. La Oficina ha sido valorada por tender puentes entre las comunidades y el Estado, y este empeño, por supuesto, continuará. Quisiera agradecer al Gobierno colombiano por su invitación a visitar el país. Durante mi muy breve estadía, tuve la oportunidad de encontrarme, entre otros, con los Ministros del Interior, Defensa y Justicia, con la Procuradora General de la Nación y el Defensor del Pueblo, el Jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, además de representantes de la sociedad civil y representantes de los pueblos indígenas y afrodescendientes, así como miembros de la comunidad internacional. Durante mi reunión con el Presidente Gustavo Petro esta tarde, saludé la nueva política de “paz total” de su Gobierno, incluido el compromiso de implementar plenamente el Acuerdo de Paz de 2016 con las FARC-EP. También acogí con beneplácito la reanudación del diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). El Gobierno puede contar con la experticia de mi Oficina para acompañar las negociaciones y brindar asesoría sobre derechos humanos, incluyendo los derechos de las víctimas. La magnitud de los desafíos es abrumadora: los conflictos y la violencia que han durado décadas, las desigualdades estructurales profundamente arraigadas, la discriminación y la exclusión, y la débil o inexistente presencia del Estado en muchas de las zonas rurales afectadas por los conflictos. Los problemas de Colombia, incluyendo el racismo y la discriminación profundamente enraizados, llevan décadas, incluso siglos. Y como lo escuché de representantes de pueblos indígenas y afrodescendientes, continúan también en el presente, y por supuesto, estas comunidades, cuya situación precaria fue durante demasiado tiempo casi invisible para muchos, han sufrido de manera desproporcionada los conflictos y la violencia. Los niveles de violencia que las comunidades sufren por parte de diversos grupos armados son difíciles de imaginar. El desplazamiento, el confinamiento, la violencia sexual y basada en género, y las masacres forman parte de su cotidianidad. Todos debemos apoyar los esfuerzos que buscan ponerle fin a esta situación. Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, en 2022, alrededor de 102,000 personas no pudieron salir o entrar de sus comunidades, terminando en una situación de aislamiento, sin acceso a asistencia humanitaria. Adicionalmente, 82,860 personas fueron desplazadas. Es importante que todos los actores armados garanticen el acceso humanitario que las comunidades tanto necesitan. En un conflicto armado, todas las partes deben actuar de conformidad con sus obligaciones y responsabilidades en virtud del derecho internacional humanitario, y respetando el derecho internacional de los derechos humanos, cuando sea aplicable. En relación con las negociaciones de paz en curso en particular, es importante que las autoridades colombianas garanticen que las negociaciones con el ELN y los diálogos con otros actores armados integren los derechos humanos desde su inicio. Como escuché en mis reuniones con representantes de la sociedad civil, las negociaciones deben incluir un enfoque específico en las víctimas y comunidades afectadas, y su participación debe ser garantizada. La participación integral de las mujeres en los diálogos de paz será crucial. Durante mis reuniones con representantes de la sociedad civil, éstos expresaron su esperanza – y uno describió tener la sensación de ver el cielo azul después de un huracán. Asimismo, llamaron la atención sobre las desigualdades profundas del país, sobre todo en zonas rurales, que son las razones por las que la paz con grupos armados en sí no es suficiente, y por las que la implementación del acuerdo de paz de 2016 y el desarrollo rural son claves. El Gobierno se compromete a tomar pasos positivos para garantizar que quienes han estado históricamente marginados y excluidos puedan disfrutar plenamente de sus derechos humanos, incluyendo la política social, el sector de seguridad, la protección del medio ambiente y la política de drogas. Espero que el nuevo Ministerio de la Igualdad y la Equidad pueda impulsar la implementación de las políticas que tanto se necesitan para acabar con la discriminación. Con la propiedad de tierras como una de las causas subyacentes de los conflictos de varias décadas, es esencial que se implemente la reforma rural, como fue planteada en el Acuerdo de Paz con las FARC-EP. La reforma del sector de seguridad, incluyendo de policía, es otro tema clave. Valoro que el Gobierno haya expresado su voluntad de asumir esto con un enfoque basado en el respeto para los derechos humanos. Mi Oficina espera firmar pronto un memorando de entendimiento con el Ministerio de Defensa para proveer asistencia en la integración de normas y estándares internacionales de derechos humanos en el accionar de las fuerzas de seguridad. No olvidemos que, a la fecha, en 2022, mi Oficina en Colombia ha verificado 83 casos de masacres y 112 homicidios de personas defensoras de derechos humanos. Desde la pandemia, hemos visto un incremento gradual de la violencia en zonas rurales donde la presencia del Estado es débil o inexistente. No tengo ninguna duda de que es necesario consolidar el estado de derecho en áreas particularmente afectadas por la violencia y el conflicto, a través del fortalecimiento de la presencia y capacidad de instituciones estatales civiles. Debe haber medidas decisivas, incluido el desmantelamiento de grupos armados no estatales y organizaciones criminales que son los principales responsables de esta violencia. En todo el país, las personas defensoras de derechos humanos desempeñan un papel importante para alzar la voz de las personas más vulnerables. Por su trabajo en áreas afligidas por la violencia, se encuentran con demasiada frecuencia en una situación riesgo. Las personas defensoras me contaron sus preocupaciones sobre la falta de protección y la falta de rendición de cuentas. Por eso, es alentador saber de las medidas importantes de emergencia implementadas por el gobierno por solicitud de la sociedad civil, para abordar los riesgos de protección para personas defensoras en estas áreas. Continuaremos haciendo todos los esfuerzos posibles para acompañar al Gobierno con sus políticas para proteger a las personas defensoras de derechos humanos, y buscamos concretar un memorando de entendimiento con el Ministerio del Interior en relación con este tema. Respecto de la violencia, la política de drogas fue uno de los asuntos que discutí en mi reunión con el Presidente Petro. Expresé mi apoyo para el cambio de enfoque de la política de drogas, de un enfoque principalmente punitivo a un enfoque más social y basado en la salud pública. Al tratar una de las causas de la violencia en Colombia, este enfoque puede ser fundamental para una mejor protección de los derechos de las comunidades campesinas, indígenas, y afrodescendientes. Un enfoque basado en la salud pública podría servir mejor a las personas usuarias de drogas, a nivel nacional y global. Mi Oficina está dispuesta a ayudar el Gobierno en mejorar la protección de derechos humanos en sus políticas para luchar contra el tráfico ilegal de drogas. Valoro el progreso importante logrado por los mecanismos de justicia transicional. En mis conversaciones con miembros del Sistema Integral para la Paz, coincidí con ellos en la vital importancia de garantizar los derechos de las víctimas a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición para reconstruir confianza entre las comunidades y el Estado. El compromiso anunciado por el Gobierno de implementar las recomendaciones de la Comisión de la Verdad tiene una enorme importancia para abordar las causas fundamentales de la violencia y el conflicto, como parte del proceso de sanación. Saludo las primeras resoluciones concluyentes otorgadas por la Jurisdicción Especial para la Paz sobre la política de secuestros de las FARC-EP y sobre casos de civiles asesinados por militares, que luego fueron presentados como miembros de grupos guerrilleros muertos en combate (conocidos como “falsos positivos”). Esto es esencial para el avance de los derechos de las víctimas del conflicto armado. Además, quiero reconocer el papel central de las mujeres en general, y específicamente en la búsqueda incansable de sus seres queridos que permanecen desaparecidos. Por lo tanto, hago un llamado a la coordinación eficaz entre instituciones estatales para garantizar la plena implementación del mandato de la Unidad de Búsqueda de personas dadas por Desaparecidas. El camino de dejar atrás décadas de conflicto y su legado será indudablemente largo para Colombia, y a veces arduo, debido a las razones mencionadas. Sin embargo, dejo Colombia con optimismo y mucha esperanza para el país. Ayer martes por la noche, participé en un evento auspiciado por la Embajadora de Suecia para conmemorar el 75° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En este evento estuve acompañado por Francia Márquez, la primera Vicepresidenta afrodescendiente de Colombia y activista de derechos humanos y justicia ambiental, con quien hemos trabajado desde hace años, y Daniela Soto, una joven autoridad indígena, víctima del conflicto armado, que habló elocuentemente sobre la necesidad de proteger toda la vida humana y la vida de la Madre Tierra. Estas dos mujeres representan a Colombia en su diversidad y riqueza étnica. La encarnación de lo que quise acentuar anoche – que la igualdad, la justicia, la libertad, el desarrollo compartido y la participación en la toma de decisiones, son valores que todos y todas tenemos en común y derechos que todos y todas merecemos. Muchas gracias. FIN Para mayor información y requerimientos de medios, por favor contactar: Liz Throssell ( quien viaja con el Alto Comisionado) – elizabeth.throssell@un.org En Bogotá Diana Losada – +57 601 6583300 Ext. 1109 / +57 3212841580 / diana.losadacastano@un.org En Ginebra:
Marta Hurtado - + 41 22 917 9466 / marta.hurtadogomez@un.org Ravina Shamdasani - + 41 22 917 9169 / ravina.shamdasani@un.org Jeremy Laurence - + 41 22 917 9383 / jeremy.laurence@un.org En Nueva York:
Laura Gelbert - + 1 917 208 6656 / gelbert@un.org Tag and share Twitter @UNHumanRights Facebook unitednationshumanrights Instagram @unitednationshumanrights
Acabo de participar en una ceremonia en el Ministerio de Relaciones Exteriores donde firmé un nuevo Acuerdo de Sede, renovando la presencia de mi Oficina en Colombia hasta el 2032. Me gustaría expresar mi profunda gratitud al Gobierno por este Acuerdo, que nos permitirá continuar, y espero fortalecer, nuestra labor aquí. Como seguramente muchos ya lo saben, nuestra presencia en Colombia es una de las más grandes y antiguas de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU. Por casi 26 años, su personal comprometido y experto ha trabajado junto con los y las colombianas para mejorar la situación de derechos humanos de todos y todas en Colombia. La Oficina ha sido valorada por tender puentes entre las comunidades y el Estado, y este empeño, por supuesto, continuará. Quisiera agradecer al Gobierno colombiano por su invitación a visitar el país. Durante mi muy breve estadía, tuve la oportunidad de encontrarme, entre otros, con los Ministros del Interior, Defensa y Justicia, con la Procuradora General de la Nación y el Defensor del Pueblo, el Jefe de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, además de representantes de la sociedad civil y representantes de los pueblos indígenas y afrodescendientes, así como miembros de la comunidad internacional. Durante mi reunión con el Presidente Gustavo Petro esta tarde, saludé la nueva política de “paz total” de su Gobierno, incluido el compromiso de implementar plenamente el Acuerdo de Paz de 2016 con las FARC-EP. También acogí con beneplácito la reanudación del diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). El Gobierno puede contar con la experticia de mi Oficina para acompañar las negociaciones y brindar asesoría sobre derechos humanos, incluyendo los derechos de las víctimas. La magnitud de los desafíos es abrumadora: los conflictos y la violencia que han durado décadas, las desigualdades estructurales profundamente arraigadas, la discriminación y la exclusión, y la débil o inexistente presencia del Estado en muchas de las zonas rurales afectadas por los conflictos. Los problemas de Colombia, incluyendo el racismo y la discriminación profundamente enraizados, llevan décadas, incluso siglos. Y como lo escuché de representantes de pueblos indígenas y afrodescendientes, continúan también en el presente, y por supuesto, estas comunidades, cuya situación precaria fue durante demasiado tiempo casi invisible para muchos, han sufrido de manera desproporcionada los conflictos y la violencia. Los niveles de violencia que las comunidades sufren por parte de diversos grupos armados son difíciles de imaginar. El desplazamiento, el confinamiento, la violencia sexual y basada en género, y las masacres forman parte de su cotidianidad. Todos debemos apoyar los esfuerzos que buscan ponerle fin a esta situación. Según la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, en 2022, alrededor de 102,000 personas no pudieron salir o entrar de sus comunidades, terminando en una situación de aislamiento, sin acceso a asistencia humanitaria. Adicionalmente, 82,860 personas fueron desplazadas. Es importante que todos los actores armados garanticen el acceso humanitario que las comunidades tanto necesitan. En un conflicto armado, todas las partes deben actuar de conformidad con sus obligaciones y responsabilidades en virtud del derecho internacional humanitario, y respetando el derecho internacional de los derechos humanos, cuando sea aplicable. En relación con las negociaciones de paz en curso en particular, es importante que las autoridades colombianas garanticen que las negociaciones con el ELN y los diálogos con otros actores armados integren los derechos humanos desde su inicio. Como escuché en mis reuniones con representantes de la sociedad civil, las negociaciones deben incluir un enfoque específico en las víctimas y comunidades afectadas, y su participación debe ser garantizada. La participación integral de las mujeres en los diálogos de paz será crucial. Durante mis reuniones con representantes de la sociedad civil, éstos expresaron su esperanza – y uno describió tener la sensación de ver el cielo azul después de un huracán. Asimismo, llamaron la atención sobre las desigualdades profundas del país, sobre todo en zonas rurales, que son las razones por las que la paz con grupos armados en sí no es suficiente, y por las que la implementación del acuerdo de paz de 2016 y el desarrollo rural son claves. El Gobierno se compromete a tomar pasos positivos para garantizar que quienes han estado históricamente marginados y excluidos puedan disfrutar plenamente de sus derechos humanos, incluyendo la política social, el sector de seguridad, la protección del medio ambiente y la política de drogas. Espero que el nuevo Ministerio de la Igualdad y la Equidad pueda impulsar la implementación de las políticas que tanto se necesitan para acabar con la discriminación. Con la propiedad de tierras como una de las causas subyacentes de los conflictos de varias décadas, es esencial que se implemente la reforma rural, como fue planteada en el Acuerdo de Paz con las FARC-EP. La reforma del sector de seguridad, incluyendo de policía, es otro tema clave. Valoro que el Gobierno haya expresado su voluntad de asumir esto con un enfoque basado en el respeto para los derechos humanos. Mi Oficina espera firmar pronto un memorando de entendimiento con el Ministerio de Defensa para proveer asistencia en la integración de normas y estándares internacionales de derechos humanos en el accionar de las fuerzas de seguridad. No olvidemos que, a la fecha, en 2022, mi Oficina en Colombia ha verificado 83 casos de masacres y 112 homicidios de personas defensoras de derechos humanos. Desde la pandemia, hemos visto un incremento gradual de la violencia en zonas rurales donde la presencia del Estado es débil o inexistente. No tengo ninguna duda de que es necesario consolidar el estado de derecho en áreas particularmente afectadas por la violencia y el conflicto, a través del fortalecimiento de la presencia y capacidad de instituciones estatales civiles. Debe haber medidas decisivas, incluido el desmantelamiento de grupos armados no estatales y organizaciones criminales que son los principales responsables de esta violencia. En todo el país, las personas defensoras de derechos humanos desempeñan un papel importante para alzar la voz de las personas más vulnerables. Por su trabajo en áreas afligidas por la violencia, se encuentran con demasiada frecuencia en una situación riesgo. Las personas defensoras me contaron sus preocupaciones sobre la falta de protección y la falta de rendición de cuentas. Por eso, es alentador saber de las medidas importantes de emergencia implementadas por el gobierno por solicitud de la sociedad civil, para abordar los riesgos de protección para personas defensoras en estas áreas. Continuaremos haciendo todos los esfuerzos posibles para acompañar al Gobierno con sus políticas para proteger a las personas defensoras de derechos humanos, y buscamos concretar un memorando de entendimiento con el Ministerio del Interior en relación con este tema. Respecto de la violencia, la política de drogas fue uno de los asuntos que discutí en mi reunión con el Presidente Petro. Expresé mi apoyo para el cambio de enfoque de la política de drogas, de un enfoque principalmente punitivo a un enfoque más social y basado en la salud pública. Al tratar una de las causas de la violencia en Colombia, este enfoque puede ser fundamental para una mejor protección de los derechos de las comunidades campesinas, indígenas, y afrodescendientes. Un enfoque basado en la salud pública podría servir mejor a las personas usuarias de drogas, a nivel nacional y global. Mi Oficina está dispuesta a ayudar el Gobierno en mejorar la protección de derechos humanos en sus políticas para luchar contra el tráfico ilegal de drogas. Valoro el progreso importante logrado por los mecanismos de justicia transicional. En mis conversaciones con miembros del Sistema Integral para la Paz, coincidí con ellos en la vital importancia de garantizar los derechos de las víctimas a la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición para reconstruir confianza entre las comunidades y el Estado. El compromiso anunciado por el Gobierno de implementar las recomendaciones de la Comisión de la Verdad tiene una enorme importancia para abordar las causas fundamentales de la violencia y el conflicto, como parte del proceso de sanación. Saludo las primeras resoluciones concluyentes otorgadas por la Jurisdicción Especial para la Paz sobre la política de secuestros de las FARC-EP y sobre casos de civiles asesinados por militares, que luego fueron presentados como miembros de grupos guerrilleros muertos en combate (conocidos como “falsos positivos”). Esto es esencial para el avance de los derechos de las víctimas del conflicto armado. Además, quiero reconocer el papel central de las mujeres en general, y específicamente en la búsqueda incansable de sus seres queridos que permanecen desaparecidos. Por lo tanto, hago un llamado a la coordinación eficaz entre instituciones estatales para garantizar la plena implementación del mandato de la Unidad de Búsqueda de personas dadas por Desaparecidas. El camino de dejar atrás décadas de conflicto y su legado será indudablemente largo para Colombia, y a veces arduo, debido a las razones mencionadas. Sin embargo, dejo Colombia con optimismo y mucha esperanza para el país. Ayer martes por la noche, participé en un evento auspiciado por la Embajadora de Suecia para conmemorar el 75° aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. En este evento estuve acompañado por Francia Márquez, la primera Vicepresidenta afrodescendiente de Colombia y activista de derechos humanos y justicia ambiental, con quien hemos trabajado desde hace años, y Daniela Soto, una joven autoridad indígena, víctima del conflicto armado, que habló elocuentemente sobre la necesidad de proteger toda la vida humana y la vida de la Madre Tierra. Estas dos mujeres representan a Colombia en su diversidad y riqueza étnica. La encarnación de lo que quise acentuar anoche – que la igualdad, la justicia, la libertad, el desarrollo compartido y la participación en la toma de decisiones, son valores que todos y todas tenemos en común y derechos que todos y todas merecemos. Muchas gracias. FIN Para mayor información y requerimientos de medios, por favor contactar: Liz Throssell ( quien viaja con el Alto Comisionado) – elizabeth.throssell@un.org En Bogotá Diana Losada – +57 601 6583300 Ext. 1109 / +57 3212841580 / diana.losadacastano@un.org En Ginebra:
Marta Hurtado - + 41 22 917 9466 / marta.hurtadogomez@un.org Ravina Shamdasani - + 41 22 917 9169 / ravina.shamdasani@un.org Jeremy Laurence - + 41 22 917 9383 / jeremy.laurence@un.org En Nueva York:
Laura Gelbert - + 1 917 208 6656 / gelbert@un.org Tag and share Twitter @UNHumanRights Facebook unitednationshumanrights Instagram @unitednationshumanrights
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Comunicado de prensa
24 enero 2023
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, en visita oficial a Colombia del 24 al 25 de enero de 2023
Durante su visita, el Alto Comisionado se reunirá con altas autoridades del Gobierno y otros funcionarios, integrantes de la sociedad civil, personas defensoras de los derechos humanos, así como representantes de los pueblos indígenas y afrodescendientes, y miembros de la comunidad internacional.
Türk también asistirá en Bogotá a un evento organizado por la Embajadora de Suecia, Helena Storm, para conmemorar el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH).
En el transcurso de 2023, el Alto Comisionado y la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos realizarán y asistirán a eventos para celebrar los 75 años de la Declaración Universal, así como el 30 aniversario de la Declaración y Programa de Acción de Viena que llevó a la creación de la Oficina de la ONU para Derechos Humanos.
Al término de su misión, el 25 de enero, el Alto Comisionado realizará una conferencia de prensa en Bogotá aproximadamente a las 18:30 hora de Colombia. Más detalles sobre la conferencia de prensa se darán a conocer localmente. El acceso será estrictamente limitado a los medios acreditados.
FIN
Para mayor información y requerimientos de medios, por favor contactar:
Liz Throssell ( quien viaja con el Alto Comisionado) – elizabeth.throssell@un.org
En Bogotá
Diana Losada – +57 601 6583300 Ext. 1109 / +57 3212841580 / diana.losadacastano@un.org
En Ginebra: Marta Hurtado - + 41 22 917 9466 / marta.hurtadogomez@un.org
Türk también asistirá en Bogotá a un evento organizado por la Embajadora de Suecia, Helena Storm, para conmemorar el 75 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH).
En el transcurso de 2023, el Alto Comisionado y la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos realizarán y asistirán a eventos para celebrar los 75 años de la Declaración Universal, así como el 30 aniversario de la Declaración y Programa de Acción de Viena que llevó a la creación de la Oficina de la ONU para Derechos Humanos.
Al término de su misión, el 25 de enero, el Alto Comisionado realizará una conferencia de prensa en Bogotá aproximadamente a las 18:30 hora de Colombia. Más detalles sobre la conferencia de prensa se darán a conocer localmente. El acceso será estrictamente limitado a los medios acreditados.
FIN
Para mayor información y requerimientos de medios, por favor contactar:
Liz Throssell ( quien viaja con el Alto Comisionado) – elizabeth.throssell@un.org
En Bogotá
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Comunicado de prensa
15 diciembre 2022
Representante Especial del Secretario General de la ONU para la cuestión de los niños y el conflicto armado en Colombia, celebra los esfuerzos sostenidos para proteger a los niños del conflicto
Alentada por el compromiso del Gobierno de Colombia hacia la “Paz Total” que incluye la plena implementación del Acuerdo de Paz de 2016 y la reanudación de las negociaciones de paz con el ELN, la Representante Especial del Secretario General de la ONU para la cuestión de los niños y los conflictos armados, la Sra. Virginia Gamba, recordó que la protección de los niños , niñas y adolescentes, y el cumplimiento de sus derechos, están en el centro de la paz y el desarrollo sostenibles. Este llamamiento se produce tras una visita de dos días al país, la tercera en su calidad de máxima defensora de la ONU para la protección de los niños, niñas y adolescentes en los conflictos armados.
“Estamos viendo ahora oportunidades reales para los niños afectados por el conflicto en Colombia que deben ser aprovechadas por todas las partes. Aunque los niños, niñas y adolescentes siguen sufriendo el impacto de las hostilidades, podemos aprender las lecciones del pasado e identificar las mejores prácticas de otros países para asegurar que las discusiones de paz puedan conducir a cambios tangibles para los niños, niñas y adolescentes, tales como la disminución de las violaciones graves contra los niños y las niñas, y la prevención de futuras violaciones” enfatizó la Representante Especial de la ONU, Virginia Gamba.
Durante su visita a Colombia, la Representante Especial participó además en la conferencia “Lecciones aprendidas y oportunidades para la protección de la niñez en situaciones de conflicto armado” en el marco de las Conclusiones del Grupo de Trabajo del Consejo de Seguridad sobre Colombia. La conferencia fue organizada por el Gobierno de Noruega con el apoyo de la Oficina de la Coordinadora Residente de las Naciones Unidas y UNICEF, en calidad de copresidentes del Equipo de Especial sobre la materia. El Equipo de Especial, creado en virtud de la resolución 1612 (2005) del Consejo de Seguridad y resoluciones posteriores, tiene la tarea de monitorear y reportar al Consejo de Seguridad sobre seis violaciones graves contra los niños, niñas y adolescentes, colaborar con los gobiernos y las partes en conflicto para poner fin a las violaciones y prevenirlas, y representa a la Representante Especial en el país.
Además, la Representante Especial se reunió con representantes del Gobierno, de las Naciones Unidas en el país, organizaciones de la sociedad civil, la comunidad diplomática, incluidos Canadá y Suecia como copresidentes del Grupo de Amigos sobre los niños y el conflicto armado en Colombia, así como Noruega.
La Representante Especial destacó las importantes medidas adoptadas por el Gobierno de Colombia en favor de los niños, niñas y adolescentes afectados por el conflicto, incluida su reciente aprobación de la Declaración sobre Escuelas Seguras, un hito significativo que reconoce la importancia de proteger la educación de ataques armados.
En todas sus conversaciones, la Representante Especial destacó la necesidad de hacer un balance de los progresos realizados por Colombia en la atención de las necesidades de los niños, niñas y adolescentes afectados por el conflicto armado y que las Naciones Unidas seguían siendo un socio clave para Colombia al país con asistencia técnica y apoyo para poner fin y prevenir las violaciones graves contra los niños y niñas.
La Representante Especial felicitó al Gobierno de Colombia por su compromiso con los niños, niñas y adolescentes víctimas del conflicto armado y resaltó la importancia de contar con programas adecuados, holísticos y sostenidos de reinserción y capacitación comunitaria.
“Debemos seguir dando prioridad a la reintegración de los niños, niñas y adolescentes afectados por el conflicto. Hago un llamamiento a la comunidad internacional para que siga apoyando programas de reintegración sostenibles y específicos en función del género y la edad para todos los niños, niñas y adolescentes afectados, incluidos los niños y niñas de las comunidades indígenas y afrocolombianas”, añadió. “Las Naciones Unidas están dispuestas a apoyar a las autoridades en ese sentido”.
La Sra. Gamba dio las gracias al Gobierno, al Defensor del Pueblo de Colombia, a la Oficina de la Coordinadora Residente de la ONU, a UNICEF, al Equipo Especial, a la Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Colombia, a las organizaciones de la sociedad civil y a otros socios en Colombia por su comprometida labor en cuestiones de protección de la infancia. Reiteró su pleno apoyo al proceso de paz y animó a todas las partes a seguir abordando el impacto del conflicto en los niños.
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Para más información, póngase en contacto con:
Fabienne Vinet, Communications Officer, Office of the Special Representative of the Secretary-General for Children and Armed Conflict
+1-212-963-5986 (office) / +1-917-288-5791 (mobile) / vinet@un.org
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Comunicado de prensa
14 diciembre 2022
Nuevo Plan de Inversiones para el Fondo ONU para la Paz
El día de hoy se aprueba un nuevo Plan de inversiones para el Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para la Paz con nuevas contribuciones de Noruega, Alemania, Irlanda y Reino Unido por un total de 17,4 millones de dólares.
Bogotá, 14 de diciembre de 2022. El Comité Directivo del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz anuncia la aprobación de un nuevo Plan de Inversiones y nuevas contribuciones de los países cooperantes para apoyar la implementación del Acuerdo de Paz del 2016.
Las nuevas contribuciones para el 2023 de Noruega (US $ 8,7 millones), Alemania (US $ 7,4 millones), Irlanda (US$ 750.000) y Reino Unido (US$ 550.000) se suman a las contribuciones previamente recibidas por Canadá, Suecia, Suiza, España, Emiratos Árabes, Corea, Finlandia, Nueva Zelanda, Chile y Portugal, así como las del Fondo del Secretario General de las Naciones Unidas para la Consolidación de la Paz el Fondo de Humanitario y de Paz para las Mujeres de la ONU. Estos países y entidades han apoyado a Colombia de manera coordinada en la implementación del Acuerdo de Paz, y mantienen su compromiso con la consolidación de la paz.
Con esto nuevos recursos, el Fondo tendrá disponibles 208.000 millones de pesos colombianos para poder financiar las siguientes prioridades:
Apoyar en la aceleración de la reforma rural integral, el primer punto del Acuerdo de Paz de 2016, que incluye el acceso integral a la tierra, el fortalecimiento de las capacidades de los municipios y las organizaciones de la sociedad civil, la implementación del PDET, las acciones de recuperación temprana, y la seguridad alimentaria.
Garantizar la seguridad humana, en particular la protección de los defensores de los derechos humanos, la implementación de la política pública de desmantelamiento de las organizaciones criminales, promover un compromiso integral para prevenir el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes. Adicionalmente, incluye la implementación del plan de acción nacional sobre Mujeres, Paz y Seguridad que será aprobado en 2023.
Fortalecer el proceso de reincorporación, incluyendo alternativas productivas y de empleo sostenibles para los excombatientes y procesos de reconciliación entre las comunidades y los excombatientes, soluciones de vivienda y apoyo a iniciativas con enfoque en población reincorporada y personas con discapacidad.
Apoyo a las víctimas, promoviendo la reparación colectiva de las comunidades étnicas, y la restitución de tierras como medida de reparación. Respaldo a la JEP y al sistema restaurativo, a la Unidad de Búsqueda (UBPD), a las organizaciones de víctimas para participar del sistema integral. Promoción del legado de la Comisión de la Verdad y la apropiación de las recomendaciones, apoyando al Comité de Seguimiento y Monitoreo, así como las organizaciones aliadas en los territorios.
Fortalecer la comunicación, la cultura y la pedagogía para la paz, así como apoyar la CSIVI y demás mecanismos oficiales para monitoreo y verificación del Acuerdo de Paz, como son la Instancia Especial de Alto Nivel con Pueblos Étnicos y la Instancia Especial de Mujeres para el Enfoque de Género en la Paz, con especial atención a su sostenibilidad.
Continuidad de las actividades de acción integral contra minas, lo cual contribuirá a reducir el impacto generado por la presencia de estos artefactos en el territorio, a promover el desarrollo productivo y económico en estos territorios, y el apoyo a las víctimas en los territorios.
Apoyar la apuesta del gobierno nacional de llevar la construcción de una paz sostenible y duradera a todos los territorios, a través de diálogos con la sociedad civil y su fortalecimiento, que aporten insumos para las negociaciones con el ELN y otros actores armados, así como acciones tempranas de implementación de los acuerdos, incluida la desvinculación de los niños y jóvenes.
Durante el Comité Directivo que se llevó a cabo el día de hoy en Bogotá, el director del Departamento Administrativo de la Presidencia y copresidente del Fondo Multidonante, señor Mauricio Lizcano Arango, dijo: “El Presidente Gustavo Petro agradece a la comunidad internacional y de manera muy especial a los países donantes del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas su compromiso con la implementación del Acuerdo de Paz de 2016. Este nuevo plan de inversiones y las contribuciones anunciadas para el 2023 son un avance muy importante para conseguir la paz total”.
La Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en Colombia y co-presidenta del Fondo, la señora Mireia Villar Forner, subraya que: “El día de hoy los socios del Fondo asignaron recursos a temas estratégicos y prioritarios para seguir apoyando la implementación del Acuerdo de Paz. Agradezco nuevamente a la cooperación internacional y el gobierno nacional por su confianza en este mecanismo, gracias al cual se han podido sostener en estos 6 años inversiones transparentes hacia las comunidades”.
La cooperación internacional confirmó su voluntad de seguir apoyando a Colombia en la implementación del Acuerdo de Paz de 2016.
El Embajador de Noruega en Colombia, señor Nils Martin Gunneng, afirmó que: “Con la aprobación del nuevo plan de inversiones, nos complace anunciar una nueva contribución noruega, que ahora alcanzaría los 55 millones de dólares al Fondo. El fondo es el mecanismo principal de nuestra cooperación internacional dirigida a la construcción de paz y la implementación del Acuerdo Final constituye una condición determinante para consolidar una paz completa en Colombia”.
El Embajador Británico en Colombia, señor George Hodgson, agregó “Siendo el segundo mayor contribuyente al Fondo Multidonante desde 2016, el compromiso del Reino Unido con la paz y la seguridad en Colombia sigue siendo firme. Hoy nos alegra confirmar una inversión adicional, reiterando nuestro apoyo al gobierno de Colombia y a la sociedad civil en su búsqueda de una paz duradera a lo largo y ancho del territorio nacional”.
El señor Klaus Botzet, ministro consejero de la Embajada de Alemania en Colombia, confirmó que “Alemania sigue comprometida con el apoyo al proceso de paz en Colombia. Colombia recientemente nos ha invitado a ser país acompañante en los diálogos con el ELN, invitación que con mucho gusto hemos aceptado. En este contexto, valoramos mucho la labor del Fondo Multidonantes, que ha demostrado ser un mecanismo eficaz que nos permite unir fuerzas con los demás países donantes, el Gobierno de Colombia, la ONU y la sociedad civil. Por eso nos complace poder anunciar hoy la nueva contribución, que suma con las anteriores un total de 34,6 millones de euros”.
La Embajadora de Irlanda en Colombia, señora Fiona Nic Dhonnacha, comentó que “El nuevo de plan de inversión del Fondo será una nueva oportunidad para continuar apoyando la construcción de paz en los territorios de Colombia. Desde Irlanda ratificamos nuestro compromiso por medio de una nueva contribución con la que esperamos seguir aportando a la implementación del Acuerdo de Paz de la mano de las comunidades, las instituciones del Estado, y nuestros aliados de la comunidad internacional”.
El Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, cerró diciendo que en 2023, el Fondo Multidonante de las Naciones Unidas contribuirá a ir concretando las respuestas institucionales a los compromisos que se derivan de los ejercicios de construcción de paz con las comunidades. Las nuevas inversiones que se anuncian hoy dan sustento material y significan un valioso espaldarazo internacional a los esfuerzos del actual Gobierno por consolidar una paz integral que incluya a los grupos que participan en las diversas conflictividades armadas. Contactos de prensa
Oficina del Alto Comisionado para la Paz
r.campos.iriarte@gmail.com
Fondo Multidonante de Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz
Alice.beccaro@one.un.org
Bogotá, 14 de diciembre de 2022. El Comité Directivo del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz anuncia la aprobación de un nuevo Plan de Inversiones y nuevas contribuciones de los países cooperantes para apoyar la implementación del Acuerdo de Paz del 2016.
Las nuevas contribuciones para el 2023 de Noruega (US $ 8,7 millones), Alemania (US $ 7,4 millones), Irlanda (US$ 750.000) y Reino Unido (US$ 550.000) se suman a las contribuciones previamente recibidas por Canadá, Suecia, Suiza, España, Emiratos Árabes, Corea, Finlandia, Nueva Zelanda, Chile y Portugal, así como las del Fondo del Secretario General de las Naciones Unidas para la Consolidación de la Paz el Fondo de Humanitario y de Paz para las Mujeres de la ONU. Estos países y entidades han apoyado a Colombia de manera coordinada en la implementación del Acuerdo de Paz, y mantienen su compromiso con la consolidación de la paz.
Con esto nuevos recursos, el Fondo tendrá disponibles 208.000 millones de pesos colombianos para poder financiar las siguientes prioridades:
Apoyar en la aceleración de la reforma rural integral, el primer punto del Acuerdo de Paz de 2016, que incluye el acceso integral a la tierra, el fortalecimiento de las capacidades de los municipios y las organizaciones de la sociedad civil, la implementación del PDET, las acciones de recuperación temprana, y la seguridad alimentaria.
Garantizar la seguridad humana, en particular la protección de los defensores de los derechos humanos, la implementación de la política pública de desmantelamiento de las organizaciones criminales, promover un compromiso integral para prevenir el reclutamiento de niños, niñas y adolescentes. Adicionalmente, incluye la implementación del plan de acción nacional sobre Mujeres, Paz y Seguridad que será aprobado en 2023.
Fortalecer el proceso de reincorporación, incluyendo alternativas productivas y de empleo sostenibles para los excombatientes y procesos de reconciliación entre las comunidades y los excombatientes, soluciones de vivienda y apoyo a iniciativas con enfoque en población reincorporada y personas con discapacidad.
Apoyo a las víctimas, promoviendo la reparación colectiva de las comunidades étnicas, y la restitución de tierras como medida de reparación. Respaldo a la JEP y al sistema restaurativo, a la Unidad de Búsqueda (UBPD), a las organizaciones de víctimas para participar del sistema integral. Promoción del legado de la Comisión de la Verdad y la apropiación de las recomendaciones, apoyando al Comité de Seguimiento y Monitoreo, así como las organizaciones aliadas en los territorios.
Fortalecer la comunicación, la cultura y la pedagogía para la paz, así como apoyar la CSIVI y demás mecanismos oficiales para monitoreo y verificación del Acuerdo de Paz, como son la Instancia Especial de Alto Nivel con Pueblos Étnicos y la Instancia Especial de Mujeres para el Enfoque de Género en la Paz, con especial atención a su sostenibilidad.
Continuidad de las actividades de acción integral contra minas, lo cual contribuirá a reducir el impacto generado por la presencia de estos artefactos en el territorio, a promover el desarrollo productivo y económico en estos territorios, y el apoyo a las víctimas en los territorios.
Apoyar la apuesta del gobierno nacional de llevar la construcción de una paz sostenible y duradera a todos los territorios, a través de diálogos con la sociedad civil y su fortalecimiento, que aporten insumos para las negociaciones con el ELN y otros actores armados, así como acciones tempranas de implementación de los acuerdos, incluida la desvinculación de los niños y jóvenes.
Durante el Comité Directivo que se llevó a cabo el día de hoy en Bogotá, el director del Departamento Administrativo de la Presidencia y copresidente del Fondo Multidonante, señor Mauricio Lizcano Arango, dijo: “El Presidente Gustavo Petro agradece a la comunidad internacional y de manera muy especial a los países donantes del Fondo Multidonante de las Naciones Unidas su compromiso con la implementación del Acuerdo de Paz de 2016. Este nuevo plan de inversiones y las contribuciones anunciadas para el 2023 son un avance muy importante para conseguir la paz total”.
La Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en Colombia y co-presidenta del Fondo, la señora Mireia Villar Forner, subraya que: “El día de hoy los socios del Fondo asignaron recursos a temas estratégicos y prioritarios para seguir apoyando la implementación del Acuerdo de Paz. Agradezco nuevamente a la cooperación internacional y el gobierno nacional por su confianza en este mecanismo, gracias al cual se han podido sostener en estos 6 años inversiones transparentes hacia las comunidades”.
La cooperación internacional confirmó su voluntad de seguir apoyando a Colombia en la implementación del Acuerdo de Paz de 2016.
El Embajador de Noruega en Colombia, señor Nils Martin Gunneng, afirmó que: “Con la aprobación del nuevo plan de inversiones, nos complace anunciar una nueva contribución noruega, que ahora alcanzaría los 55 millones de dólares al Fondo. El fondo es el mecanismo principal de nuestra cooperación internacional dirigida a la construcción de paz y la implementación del Acuerdo Final constituye una condición determinante para consolidar una paz completa en Colombia”.
El Embajador Británico en Colombia, señor George Hodgson, agregó “Siendo el segundo mayor contribuyente al Fondo Multidonante desde 2016, el compromiso del Reino Unido con la paz y la seguridad en Colombia sigue siendo firme. Hoy nos alegra confirmar una inversión adicional, reiterando nuestro apoyo al gobierno de Colombia y a la sociedad civil en su búsqueda de una paz duradera a lo largo y ancho del territorio nacional”.
El señor Klaus Botzet, ministro consejero de la Embajada de Alemania en Colombia, confirmó que “Alemania sigue comprometida con el apoyo al proceso de paz en Colombia. Colombia recientemente nos ha invitado a ser país acompañante en los diálogos con el ELN, invitación que con mucho gusto hemos aceptado. En este contexto, valoramos mucho la labor del Fondo Multidonantes, que ha demostrado ser un mecanismo eficaz que nos permite unir fuerzas con los demás países donantes, el Gobierno de Colombia, la ONU y la sociedad civil. Por eso nos complace poder anunciar hoy la nueva contribución, que suma con las anteriores un total de 34,6 millones de euros”.
La Embajadora de Irlanda en Colombia, señora Fiona Nic Dhonnacha, comentó que “El nuevo de plan de inversión del Fondo será una nueva oportunidad para continuar apoyando la construcción de paz en los territorios de Colombia. Desde Irlanda ratificamos nuestro compromiso por medio de una nueva contribución con la que esperamos seguir aportando a la implementación del Acuerdo de Paz de la mano de las comunidades, las instituciones del Estado, y nuestros aliados de la comunidad internacional”.
El Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda, cerró diciendo que en 2023, el Fondo Multidonante de las Naciones Unidas contribuirá a ir concretando las respuestas institucionales a los compromisos que se derivan de los ejercicios de construcción de paz con las comunidades. Las nuevas inversiones que se anuncian hoy dan sustento material y significan un valioso espaldarazo internacional a los esfuerzos del actual Gobierno por consolidar una paz integral que incluya a los grupos que participan en las diversas conflictividades armadas. Contactos de prensa
Oficina del Alto Comisionado para la Paz
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Fondo Multidonante de Naciones Unidas para el Sostenimiento de la Paz
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Comunicado de prensa
01 diciembre 2022
Organizaciones de acción contra minas antipersonal lanzan campaña para pedir respeto a sus labores en Colombia
Las organizaciones humanitarias que realizan labores de Desminado Humanitario (DH), Educación en el Riesgo de Minas (ERM) y Asistencia Integral a Víctimas (AIV) de minas en Colombia lanzaron este jueves la campaña “La acción contra minas antipersonal es una acción humanitaria”, con la cual buscan promover el acceso humanitario y pedir respeto a sus labores en las regiones más afectadas por la contaminación con artefactos explosivos. La campaña surge en respuesta a diversos incidentes de seguridad que han enfrentado las organizaciones desde finales de 2021.
“Debido a la reconfiguración de los diferentes conflictos en Colombia, los equipos de las organizaciones se han convertido en objetivo de amenazas, actos de intimidación e incluso ataques, hechos que limitan el acceso humanitario y en última instancia afectan a las comunidades que necesitan ERM, DH y AIV. Esta campaña es para recordarle a todos los actores en los territorios que las organizaciones de acción contra minas se rigen por los principios de humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia y que es imperativo facilitar y respetar sus labores”, destacó Pablo Parra, director del Servicio de Acción Contra Minas de las Naciones Unidas (UNMAS) en Colombia.
En una encuesta realizada por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en diciembre de 2021, el 79% de los actores humanitarios declararon que las restricciones de acceso aumentaron significativamente el año pasado, una situación que se ha mantenido a lo largo de 2022.
Esta es una iniciativa del Área de Responsabilidad de Acción Contra Minas (AdR AcM), que aglutina a unas 15 organizaciones del sector y que es liderada por UNMAS. La campaña incluirá difusión de materiales en redes sociales y la pautación de cuñas radiales en once departamentos (Antioquia, Arauca, Chocó, Casanare, Cauca, Caquetá, Guaviare, Meta, Nariño, Norte de Santander y Putumayo) que presentan mayor contaminación con artefactos explosivos y en los cuales la presencia de actores armados ha generado limitaciones en el acceso humanitario a las organizaciones.
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